La ley del embudo

La emergencia sanitaria derivada del Covid-19 detonó el uso de tarjetas de crédito y débito, debido al cierre de los diversos establecimientos, como una medida para disminuir los contagios; sin embargo, también crecieron los fraudes bancarios, lo que ha lastimado la economía de millones de mexicanos. Basta con señalar que, de acuerdo con la Asociación de Bancos de México (ABM), el año pasado entre los meses de enero y septiembre se documentaron 8.6 millones de quejas por fraude, y aunque para la Asociación esto equivale al 0.3% del total de las operaciones bancarias en el país, la realidad es que al menos son 8.6 millones de personas que se vieron afectadas en su patrimonio, las cuales no merecen ser reducidas a una estadística porcentual. Este delito crecerá este año si no se toman medidas inmediatas. Los defraudadores cada vez utilizan métodos más sofisticados, como el robo de información de tarjetas con el uso de dispositivos en cajeros automáticos y terminales de pago; a través de mensajes o llamadas tele