La violencia no es la excepción, ¿es la regla?

En México, la Red Nacional de Refugios (RNR) informa que más de 24 mil mujeres y sus hijos e hijas han tenido que acudir a refugios debido a la violencia machista en sus entornos familiares. El colectivo Transcontingenta reporta al menos 57 mujeres trans asesinadas en el país en los primeros diez meses de 2024. Mientras que, en Colombia, según el Observatorio de Feminicidio, se han perpetrado 671 feminicidios hasta octubre de este año. En Bolivia, un hombre asesino a una mujer con reiteradas puñaladas en su salón de clases. En Francia, Gisèle Pelicot fue víctima de violación y sumisión química por más de 50 hombres, con la complicidad de su pareja. Estos datos representan una realidad escalofriante que enfrentan las mujeres en el mundo, subrayando la urgencia de una reflexión profunda sobre la violencia de género. La violencia que sufren las mujeres no es un fenómeno aislado; es el resultado de una estructura patriarcal profundamente arraigada que busca controlarlas, someterlas, despojarlas de su autonomía y