Las cárceles

Desde hace más de una semana el Órgano Administrativo y Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social está acéfalo. Desde hace 10 días, cuando Francisco Garduño fue enviado al Instituto Nacional de Migración para suplir la vacante derivada de la crisis migratoria, la institución que debe encarar la situación de cárceles cogobernadas o autogobernadas (50%, según la CNDH) por los criminales —que para el caso es lo mismo— en nuestro país, está sin titular. Suponíamos que para el gobierno federal el sistema penitenciario no era prioridad, ahora no hay duda de ello.  Contrario a lo que desde la estrategia de seguridad actual podría pensarse, en México no podemos darnos el lujo de no tener un titular del Órgano. No es noticia nueva que la delincuencia organizada opera desde las cárceles. Desde hace décadas, las bandas de secuestradores más sangrientas se organizan y operan desde prisiones. La descomposición tras las rejas, se refleja en la violencia en las calles. Tomar el control de las cárceles es, o tendría