Ley Trasciende: el derecho a decidir sobre la propia muerte

El 97 % de las personas que necesitan cuidados paliativos en México mueren con dolor. Ese es el dato más brutal y, al mismo tiempo, la razón por la que hablar de eutanasia ya no es una discusión ética abstracta, sino una urgencia humanitaria y de política pública. Cada año, más de 600 mil personas en el país requieren cuidados paliativos para aliviar el sufrimiento físico y emocional del final de la vida. Solo el 3 % accede a ellos. Las demás —la inmensa mayoría— enfrentan tratamientos que prolongan el dolor, no la vida. Frente a esa realidad, la Ley Trasciende, impulsada por Samara Martínez, una joven con insuficiencia renal terminal y lupus que ha sobrevivido a varios trasplantes fallidos, representa la oportunidad de construir un marco institucional que garantice el derecho a morir con dignidad. Su activismo ha logrado poner en el centro de la agenda pública un debate que México se debía: el del derecho a decidir sobre el propio final. Actualmente se cuenta con leyes de voluntad anticipada en algunos es