Lo que ayer era una zona semiboscosa, rica en flora y fauna silvestre, en la que además pastaba tranquilamente el ganado, hoy se ha convertido en un terreno desértico, infértil, muy superior al páramo que en su momento definió y detalló Juan Rulfo. Sí, muy superior pero que, lamentablemente para muchos, hoy se ha convertido en una triste y pesarosa realidad, al menos para los colimenses, pues el "llano en llamas" está ahí, presente, ratificando que la ficción suele convertirse en hechos verídicos. Muchas son las hectáreas antes verdes, las que ahora se encuentran sepultadas bajo toneladas y toneladas de piedra, rocas y arena, un material pesado y aún caliente, pues es el residuo de los flujos piroclásticos, conocidos como lava, que apenas horas antes derramó el Volcán de Fuego o de Colima. Estos flujos, arrastrados por la fuerza de gravedad, recorrieron entre 10 y 12 kilómetros para llegar hasta este lugar conocido por los lugareños como Barranca Montegrande, llevándose consigo otras miles de toneladas de lod
"Llano en llamas", realidad provocada por el volcán
Lo que ayer era una zona semiboscosa, rica en flora y fauna silvestre, en la que además pastaba tranquilamente el ganado, hoy se ha convertido en un terreno desértico, infértil, muy superior al páramo que en su momento definió y detalló Juan Rulfo. Sí, muy superior pero que, lamentablemente para muchos, hoy se ha convertido en una triste y pesarosa realidad, al menos para los colimenses, pues el "llano en llamas" está ahí, presente, ratificando que la ficción suele convertirse en hechos verídicos. Muchas son las hectáreas antes verdes, las que ahora se encuentran sepultadas bajo toneladas y toneladas de piedra, rocas y arena, un material pesado y aún caliente, pues es el residuo de los flujos piroclásticos, conocidos como lava, que apenas horas antes derramó el Volcán de Fuego o de Colima. Estos flujos, arrastrados por la fuerza de gravedad, recorrieron entre 10 y 12 kilómetros para llegar hasta este lugar conocido por los lugareños como Barranca Montegrande, llevándose consigo otras miles de toneladas de lod