Lo que el decreto se llevó

Escena posible en un futuro no muy lejano: El templo de las Inscripciones en Palenque, Chiapas, apenas se aprecia entre la maleza que lo cubre, lo mismo el templo XIII que resguarda el sarcófago de la Reina Roja. Un grupo de estudiantes desciende del tren, se dirigen al sitio arqueológico y se preguntan en medio de un silencio abrumador: ¿y los famosos monos saraguatos o aulladores, por qué ya no se escuchan?, ¿en dónde quedaron los tucanes, las luciérnagas, los ocelotes y las serpientes de las que nos hablan los viejos? Lo mismo les inquietó antes en Bonampak, frente a los muros donde alguna vez lucieron restaurados los impresionantes frescos mayas. También buscaron rastros de su herencia precolombina en Chinkultic, dentro del Parque Nacional de las Lagunas de Montebello. Y en Calakmul, Campeche, cuando llegaron muy temprano al sitio arqueológico, enclavado en la selva, para escuchar a los jaguares y el canto de las 300 especies de aves, recorrer los sacbés, admirar las estelas y subir a la pirámide más alta