Luis Echeverría, el penúltimo presidente populista

En 1970 —los tiempos del "milagro mexicano"— el país crecía vigorosamente y con baja inflación, la deuda externa de México era de apenas 6 mil millones de dólares (al final del gobierno de Echeverría ya superaba los 19 mil millones, se había triplicado), pero Gustavo Díaz Ordaz se equivocó, nombró como sucesor a Luis Echeverría en lugar de Antonio Ortiz Mena que, quizás, habría consolidado a México como una potencia media. Su adolescencia transcurrió durante el periodo del general Lázaro Cárdenas que fue, según reconoció, una inspiración. Se propuso un cambio de modelo, reemplazar el modelo de "desarrollo estabilizador" por el de "desarrollo compartido". Echeverría creía en el papel dominante del Estado. Su gobierno, su propuesta de "apertura democrática" y su acercamiento a los gobiernos de Salvador Allende, de Chile y Fidel Castro, de Cuba, significaron una ruptura con su antecesor. En sus conversaciones con Luis Suárez, el ya para entonces ex presidente, refería que los dramáticos sucesos de 1968 habí