Malecón de Mazatlán, una maravilla turística

Pinceladas de colores cálidos comienzan a teñir lentamente el cielo. La excelsitud de la puesta de sol, ahora reflejada en las pupilas de los privilegiados observadores, cobra un sentido especial desde el malecón de Mazatlán, un espacio de 21 kilómetros, donde turistas y locales disfrutan del simple placer de vivir. Considerado como uno de los más largos del mundo, el malecón de este paraíso sinaloense es el sitio propicio para disfrutar del ejercicio al aire libre, de un paseo en las famosas “pulmonías”, así como para gozar de una charla amena entre amigos. Aquí, cualquier hora del día es adecuada para una caminata, donde la belleza de sus paisajes, el sonido relajante de las olas y la brisa marina, se conjugan con las esculturas que a lo largo del trayecto muestran las tradiciones y símbolos de los mazatlecos. En entrevista, el cronista de la región, Enrique Vega Ayala, explicó que durante el siglo XIX y principios del XX, en la zona conocida como Las Altas, que fue el primer tramo del malecón, se realizaba