Mañana hay clases

¿Cómo, clases en domingo? Sí. El país será una escuela enorme desde temprano. Millones de compatriotas abrirán, recién amanecido el mes de julio, millares de espacios: pondrán mesas y otros enseres para que nosotros, acompañados de los nuestros, o a solas, asistamos al mismo tiempo a recibir una lección y contribuir con ella. Es día hábil para ejercer nuestro derecho a votar, lo cual combina, entretejidas, la enseñanza y el recreo; la seriedad y la alegría; la decisión personal y la incertidumbre por el sentido mayoritario de las opciones del conjunto. Hubo tiempos en nuestra tierra en que el día de las elecciones era una farsa: el presidente había sido nombrado meses antes, ungido por la voluntad de unos cuantos. No había conteo rápido ni resultados preliminares: contar y cantar el triunfo era más veloz que cualquier rapidez posible, y lo preliminar era certeza antigua. Los que estudian el proceso educativo han propuesto que hay dos currículos. Uno, expresado en planes, programas de estudio y libros de texto