Mapacherías

Las instituciones electorales con que contamos en la actualidad fueron creadas con distintos objetivos, pero el más importante es que las elecciones sean confiables o, para decirlo en términos coloquiales, para evitar que los actores políticos hagan trampa en la competencia por el acceso al poder. Anteriormente, era más común escuchar sobre „el embarazo de las urnas“, „el ratón loco“, „la catafixia“ o „el carrusel“, por mencionar tan sólo algunos ejemplos de las prácticas de defraudación de la voluntad popular. Si bien no ha sido posible erradicar la idea de que esto sigue sucediendo, la verdad es que no hay pruebas claras sobre su actual existencia y debemos reconocer que gracias al fortalecimiento de nuestro sistema electoral, a la inversión de enormes cantidades de dinero y, sobre todo, a la ciudadanización de las mesas directivas de casilla, la confianza en la organización de las elecciones y en el cómputo de los votos ha crecido considerablemente. Pero ello no quiere decir que la costumbre de hacer tramp