No polarizarás en vano

Una democracia saludable requiere de vigorosos debates de los asuntos públicos en todos los medios posibles, desde las conversaciones familiares y juntas vecinales hasta los medios de comunicación y el parlamento. El grado de confrontación y polarización de la conversación pública varía con la intensidad de las preferencias y la disposición al compromiso de los contendientes. La democracia es para eso, para resolver los conflictos sin violencia. La herencia funesta de las revoluciones y las guerras ha contribuido a que la democracia sea un valor universal, un sistema preferible y preferido sobre aquellas porque es el único que permite las transformaciones pacíficas. Uno de los más importantes aprendizajes de las democracias en la historia es que después de las elecciones, en las que por su propia dinámica se agudizan las diferencias para que el público se entere mejor de las opciones que puede elegir para darse gobierno. Las autoridades electas quedan sujetas al orden constitucional para que hagan lo que las