Ocultan práctica de trata en Guerrero

Alicia no recuerda bien la fecha en que por primera vez la obligaron a irse a vivir con un hombre desconocido. Sí recuerda con nitidez que era niña. Por ella pagaron 150 pesos de los de antes, un peso con 50 centavos de ahora, calcula. Nunca estuvo de acuerdo. Ese "matrimonio" duró dos años y medio. Fue maltratada por sus suegros, las agresiones comenzaron al año; primero fue porque visitaba a su papá que estaba enfermo y después se reveló la verdadera razón: no podía embarazarse. Un día, su suegro la golpeó con una vara, después la corrió y le gritó que si no podía embarazarse entonces no les servía. Alicia regresó a su casa, sus padres intentaron convencerla de que volviera con el "esposo". Le dijeron que estaba vendida, que le pertenecía. Se negó. La rechazaron. Entonces vivió unos años con una tía, hasta que le permitieron volver a su hogar. Ahora, Alicia tiene 74 años, ocho hijos y muchos nietos. Está sentada junto al fogón de leña en su casa de adobe. En medio de la plática se detiene para recordar el f