Papa visita casa para convictas con familia

El papa Francisco sorprendió a un grupo de presas por delitos menores, que residen en una casa de reinserción social confiscada al crimen organizado, con una visita inesperada. Ayer el pontífice salió del Vaticano y, sin previo aviso, se dirigió hasta el sureño barrio Eur de Roma donde se encuentra la Casa de Leda, una residencia que funge como casa de seguridad para mujeres detenidas con hijos menores. “Santidad, padre querido, somos los invisibles”, exclamó Lillo Di Mauro, director de la estructura, al recibir al pontífice en medio del estupor de las madres, los pequeños y el personal que en ese momento prestaba servicio. El líder católico saludó uno por uno a todos los presentes y convivió con ellos, intercambiando incluso algunas bromas. “Nosotros somos algunos de los miles de niñas y niños hijos de detenidos en las cárceles italianas que vivimos con ellos detenidos o los vamos a visitar. Para defender la dignidad de nuestros padres detenidos, nos cuentan mentiras haciéndonos creer que entran en un colegi