Peligroso engendro

La fallida y retardataria promoción de nueve reformas penales inconstitucionales recibió una inmediata derrota pública y mediática. Ese texto quedará por ahí en algún tintero de la 4T esperando tiempos políticos que ojalá nunca lleguen. El hecho es trascendental, en tanto se da marcha atrás al más peligroso y artero ataque contra principios universales del proceso penal, como la presunción de inocencia y el debido proceso. Pero también es anecdótico, una reforma que no tuvo madre, tiene a un padre desconocido y abandonador. El engendro resultó huérfano completo. Si de los hornos jurídicos de la 4T siguen saliendo extraños guisos envenenados como ese, que exhiben desesperación y palos de ciego para enfrentar el enorme desafío de la seguridad pública, es algo que pronto podremos ver. El proyecto de reformas penales deja un pendiente importante en la agenda legislativa de febrero. Veremos cómo vuelven sobre el tema, pero hoy el mensaje es claro: en México queremos la libertad y creemos en la presunción de inocen