¿Plan? ¿Cuál plan?

El Plan Nacional de Desarrollo presentado no es, en definitiva, un plan. Es un manifiesto doctrinario que, además, contiene todo tipo de incoherencias. De sus apartados relativos a la seguridad pública pueden extraerse citas como que “el actual gobierno decidió cambiar las medidas de guerra por una política de paz y seguridad integral que ataque las raíces mismas del descontrol delictivo y de la pérdida de seguridad” o que “se deben fortalecer las capacidades de las instituciones de seguridad pública y penitenciarias para generar información e inteligencia especializada que identifique y evalúe integralmente todos los aspectos”. No hay precisión en los planteamientos, no hay responsables ni plazos, ni consideraciones de implementación. Nada. Es demagogia sin simulaciones que obviamente ya se consideran innecesarias y que además contrasta, o más bien choca, con varias de las acciones que ha llevado a cabo el gobierno desde que inició. Si la demagogia es intrínsecamente cínica, en este caso tenemos cinismo sobr