El escándalo de Watergate según Steve Tesich, fue identificado como el punto de inflexión en el que los ciudadanos empezaron a rechazar la verdad cuando esta resultaba incómoda o constituía una mala noticia. A partir de entonces el pueblo buscaría en su gobierno una "protección de la verdad", es decir, que le contara lo que quería oír. Ese cambio caracteriza la posverdad. Para la revista The Economist el presidente Trump es el epítome de la política de la posverdad, alguien que habita en un reino fantástico en el que la emoción y lo que siente real y verdadero importan más que los hechos. De tal manera que la posverdad no es sino otro nombre para la mentira o para el ejercicio de la política basado en la demagogia, el engaño y la manipulación. La posverdad acarrea el menosprecio por la verdad. El lenguaje de la primera es el de la irresponsabilidad en política. En esta transformación no es que el político busque necesariamente mentir sino lo que dice es independiente de cualquier preocupación por lo verdader
¿Por qué mentir?
El escándalo de Watergate según Steve Tesich, fue identificado como el punto de inflexión en el que los ciudadanos empezaron a rechazar la verdad cuando esta resultaba incómoda o constituía una mala noticia. A partir de entonces el pueblo buscaría en su gobierno una "protección de la verdad", es decir, que le contara lo que quería oír. Ese cambio caracteriza la posverdad. Para la revista The Economist el presidente Trump es el epítome de la política de la posverdad, alguien que habita en un reino fantástico en el que la emoción y lo que siente real y verdadero importan más que los hechos. De tal manera que la posverdad no es sino otro nombre para la mentira o para el ejercicio de la política basado en la demagogia, el engaño y la manipulación. La posverdad acarrea el menosprecio por la verdad. El lenguaje de la primera es el de la irresponsabilidad en política. En esta transformación no es que el político busque necesariamente mentir sino lo que dice es independiente de cualquier preocupación por lo verdader