Que no callen las mujeres

En los últimos cuatro años los feminicidios en México han aumentado un 150%; 2 mil 173 mujeres fueron asesinadas en los pasados siete meses, lo que implica que mueren a manos de un feminicida alrededor de 10 mujeres por día y, en lo que va del año, se ha reportado un total de 9,900 violaciones. Entre 2011 y 2017 se registraron 19,000 muertes de mujeres en las que se presume homicidio doloso. Los números son escandalosos, pero por más amplios y sangrientos que éstos sean, siempre serán fríos; nunca terminarán por reflejar sustantivamente el problema tan grave al que como cultura y como sociedad nos enfrentamos. Los aumentos que se señalan a través de ellos no reconocen un parámetro cercano frente al cual podamos compararlos, pues no estamos únicamente hablando del número de violaciones ni de muertes, sino de una forma de pensar que ha alimentado a nuestra sociedad por décadas, por siglos, y que es contraria, hostil y particularmente cruel con las mujeres. Hay pruebas de que la confianza y el acercamiento de la