Algunas personas afirman —con mucha razón— que los políticos legislan sobre el pasado porque sólo reaccionan a lo que leen en los periódicos sobre lo acontecido el día anterior. El mundo se transforma. Se ha sido testigo de una pandemia, aumentaron los conflictos armados y los golpes de Estado, la incertidumbre económica global continúa, crece la desigualdad y el cambio climático nos amenaza. Sin embargo, uno de los retos más apremiantes es probablemente aquel que menos llama la atención de los políticos. La tecnología avanza de forma mucho más acelerada que las legislaciones y las políticas públicas: ahí está la agenda digital, el uso de la información que recogen los dispositivos electrónicos, las múltiples aplicaciones de la inteligencia artificial, las amenazas cibernéticas y la clonación de animales que ya alcanzó a los monos y a embriones humanos. Mientras la ciencia y tecnología avanzan, ¿quién estudia, analiza y decide sobre el futuro? El debate sobre la regulación de las nuevas tecnologías no es meno
¿Quién decide sobre nuestro futuro?
Algunas personas afirman —con mucha razón— que los políticos legislan sobre el pasado porque sólo reaccionan a lo que leen en los periódicos sobre lo acontecido el día anterior. El mundo se transforma. Se ha sido testigo de una pandemia, aumentaron los conflictos armados y los golpes de Estado, la incertidumbre económica global continúa, crece la desigualdad y el cambio climático nos amenaza. Sin embargo, uno de los retos más apremiantes es probablemente aquel que menos llama la atención de los políticos. La tecnología avanza de forma mucho más acelerada que las legislaciones y las políticas públicas: ahí está la agenda digital, el uso de la información que recogen los dispositivos electrónicos, las múltiples aplicaciones de la inteligencia artificial, las amenazas cibernéticas y la clonación de animales que ya alcanzó a los monos y a embriones humanos. Mientras la ciencia y tecnología avanzan, ¿quién estudia, analiza y decide sobre el futuro? El debate sobre la regulación de las nuevas tecnologías no es meno