Reingeniería constitucional

Los órdenes jurídicos modernos son complejos en varios sentidos. El más evidente, por estar compuestos por normas de variada jerarquía y función, en las que coexisten las interpretaciones hechas por diversos órganos. Menos advertido es que tanto las normas como sus interpretaciones, provengan de diversas fuentes. Si alguien tuviera la capacidad de disfrutar de una especie de Aleph jurídico como el borgeano, observaría que en la totalidad normativa concurren sentidos, intereses, prácticas, deseos, valores de muy diverso origen y propósito. Sin embargo, a diario y más allá de los conflictos materializados en litigios, pareciera que los órdenes jurídicos cuentan con una unidad que los hace operativos. ¿En dónde radica esta posibilidad? Desde luego, en el cumplimiento diario de las obligaciones jurídicas y en el ejercicio de derechos o competencias. También, en las eventuales sanciones a quienes dejan de cumplir con lo que el Derecho manda. Si bien las aplicaciones individualizadas generan repetición, no son sufi