Seguir culpando a las mujeres

El 29 de diciembre pasado, Javier Marías escribió en El País un texto que llevó por nombre “¿Evitar a las mujeres a toda costa?”, que tuvo como objetivo señalar los efectos negativos —según el autor— del #MeToo y los excesos de la llamada cuarta ola del feminismo que va a llevar a que, en Occidente, las relaciones entre hombres y mujeres sean parecidas a las de separación y exclusión que prevalece en el mundo islámico. Así como se lee. Revisé otras publicaciones de Marías y vi que el tema no es nuevo. Sus embates contra la cuarta ola del feminismo han sido constantes, sistemáticos y plagados de adjetivos. De manera extraña, Marías, en un artículo que intituló “¿No tan mujer?”, señaló que el feminismo en sus tres olas anteriores “anduvo sobrado de razón, fue digno, estimulante, argumentativo, a menudo inteligente y rara vez contradictorio” y que por ello “mereció el apoyo de gran parte de la sociedad que celebró sus éxitos como conquistas de todos”. Su enojo es con el feminismo de hoy. Desde mi punto de vista,