Seguridad y justicia

En México, gobierno y sociedad hemos fracasado en el control de drogas. Lo que se ha intentado no ha funcionado. Ahora gana terreno abogar por la legalización (no confundirla con la despenalización, que ya existe) abusando del término como varita mágica que acabaría con la violencia asociada al tráfico y como estrategia que facilitaría tratar las adicciones. En cualquiera de los polos del debate (legalizar el consumo o perseguirlo y castigar a sus actores), es fácil perder de vista lo fundamental: el adecuado funcionamiento de la seguridad y la justicia, siguen de largo tiempo dominados por la ineficacia y la corrupción. Si el país entero es testigo de las pruebas presentadas ante tribunales federales de Nueva York en el caso García Luna ¿por qué no aprovechar esa tonelada de evidencias para conocer y desmantelar la presunta red de corrupción que con muchos indicios de su existencia prevalece en nuestro país? Nadie pide o exige guerras, lo que se requiere es afianzar la certeza, la legalidad y la confianza de