Sheinbaum, la marcha de la lealtad

El pasado 9 de febrero, la presidenta Claudia Sheinbaum encabezó el 112 Aniversario de la Marcha de la Lealtad, sea pretexto el nombre del evento para enunciar algunas condiciones políticas que se puede acomodar como lealtades ejercidas por Claudia Sheinbaum. A AMLO. Dicha lealtad está encuadrada en el terreno de lo normal, del quehacer político, de la gratitud. Normal porque si la inercia favorece no existe una sola razón para intentar revertirla. Políticamente redituable porque Morena encuentra en el tabasqueño un hilo de civilidad entre quienes llegaron para paladear las mieles de la victoria y quienes chapearon el monte desde el día uno. Gratitud a quien la invitó como secretaria, la tuteló como política y la proyectó a la historia. Al Ejército. Las Fuerzas Armadas son hasta el momento el cúmulo de instancias más beneficiadas en el rediseño de las instituciones del Estado. A escribir la propia historia. Esa que observa en retrospectiva y se perfila para conquistarlo todo. Mujer, sí, hazaña colectiva. Per