¿Sindicalismo moderno?

En los últimos años el discurso del sindicalismo moderno se ha presentado como una alternativa ética y atractiva, prometiendo armonía laboral, productividad, honestidad y representatividad. Sin embargo, esta narrativa contrasta drásticamente con las denuncias públicas serias en varios estados del país, donde persisten prácticas antiguas y perjudiciales como la presión, el chantaje, cobros ilegales disfrazados de cuotas sindicales, control de precios e intimidación. A pesar de que se ha insistido en que el sindicalismo moderno surgió para fomentar la confianza entre empresarios, trabajadores y gobierno, estas prácticas generan dudas. No se puede hablar de innovación sindical cuando se reproducen modelos de control y violencia, ni armonizar los factores productivos con el cobro de piso y la extorsión. La productividad de empresarios y trabajadores se ve comprometida cuando operan bajo el temor. Tampoco se puede hablar de honestidad cuando se apropian ilegalmente de obras públicas y privadas, ni de productiv