Siria, el riesgo de un nuevo ataque químico

Hace unos días, Rusia incrementó su presencia naval en Siria. Días atrás, Washington había advertido que Assad podría estar planeando un nuevo ataque químico y que, si esto ocurriera, EU nuevamente tomaría represalias. Así, mientras el presidente sirio inicia la ofensiva para recuperar Idlib, el último bastión importante de la rebelión, Moscú, su aliada, le acompaña en dos frentes: el de los bombardeos aéreos y el de la guerra informativa. Entretanto, la ONU advierte de una nueva crisis humanitaria en el drama sirio a raíz de esta ofensiva. Así que vale la pena aclarar en qué punto de la guerra nos encontramos. Primero, el conflicto sirio no es una guerra a dos bandos. Hablar de “los rebeldes” como un cuerpo unificado ha sido una de las trampas discursivas que menos contribuyen a la comprensión de lo que en este país ocurre. En la rebelión combaten milicias denominadas “laicas”, milicias islámicas locales y organizaciones jihadistas. Efectivamente, varias de estas milicias emplean tácticas de terrorismo clási