Un acuerdo del siglo XXI

No cabe duda que el futuro de la economía globalizada está supeditado a otros factores como el cultural, los derechos humanos y la estabilidad social, entendida como causa del bienestar. Si esto es correcto, ahí es dónde radica la importancia del nuevo tratado de intercambio comercial que México y la Unión Europea acaban de firmar el pasado 21 de abril. El tratado, por supuesto, incluye cuestiones relacionadas con el intercambio comercial en la agricultura, la ganadería y la industria en general. Se exportarán e importarán grandes cantidades de bienes y servicios que abrirán rutas de comercio sumamente fructíferas para las economías nacionales a ambos lados del Atlántico. Sin embargo, el tratado no se detiene en estos acuerdos, sino que incluye apartados que, aparentemente, se alejarían de lo estrictamente económico. El acuerdo incluye un capítulo dedicado al desarrollo sostenible, estableciendo los más altos estándares de protección laboral, de seguridad, ambiental y del consumidor; fortalece las acciones so