Un año de sobrevivir a Trump

Hace un año, una vez pasado el estupor generado por la hasta para él inesperada victoria de Donald Trump, el mundo aguardaba ansioso el momento de su toma de posesión. Se cruzaban apuestas acerca de si su estilo atrabancado y agresivo había sido sólo una pose en la campaña, si su discurso nativista y aislacionista tenía sustento real, de si Trump el showman daría paso a Trump el estadista o, al menos, al político coherente y mesurado. En México estábamos más bien agazapados, esperando lo que pintaba desde entonces para ser un periodo negro no sólo para la relación México-EU y para el TLC, sino para la estabilidad política y económica de nuestro país, además del bienestar inmediato de unos 12-13 millones de mexicanos indocumentados viviendo en Estados Unidos. No eran pocos los que veían venir deportaciones masivas, abusos inenarrables, un colapso de la moneda y el consiguiente desmoronamiento de la ya de por sí precaria estabilidad mexicana. El camino ha sido ciertamente accidentado y difícil. Los costos econó