Una alternativa

El sistema público más complejo con el que tienen que lidiar todos los gobiernos del mundo es el de salud. El de pensiones es ciertamente el más costoso, pero conceptualmente simple comparado con los retos técnicos y administrativos que conllevan los sistemas de salud. Por ejemplo, durante las últimas dos décadas el gobierno mexicano ha tratado de proveer servicios de salud a la población sin seguridad social mediante el llamado Seguro Popular. Éste es un sistema descentralizado en el que el gobierno federal actúa como regulador, pero son las entidades federativas las que brindan, financiadas mayormente por aportaciones federales, los servicios de salud en sus hospitales y clínicas. El Seguro Popular ha tenido sus aciertos, pero también, la verdad sea dicha, sus fracasos. Al margen del programa están más de veinte millones de mexicanos y, de manera igualmente grave, hay algunos sistemas estatales de salud donde es notoria la falta de planeación y de rendición de cuentas. Al parecer por ello, el gobierno creó