Para el mundo laico, el papa es una figura política. Una figura que, a través de su poder de influencia a millones de personas en todo el mundo, ejerce un rol político fundamental en el mundo. Pero a pesar de que como símbolo y como portador de una mística influye en millones de creyentes y no creyentes en el mundo, la mayoría de los papados del siglo XX jugaron un rol cada vez más acotado en el acontecer del mundo. Su participación en momentos clave de la historia reciente es innegable, pero para los no creyentes cada vez más su discurso se volvió poco interesante, obsoleto y perdió trascendencia. Hasta que llegó el papa Francisco. En tiempos recientes el poder político de un papa no emana del estado Vaticano sino de su simbología espiritual. Pero durante décadas este poder había estado en decadencia. Juan Pablo II fue querido por muchos, pero su visión de mundo, como la de su sucesor, mantuvieron a la Iglesia católica en un pantano de obsolescencia. La iglesia no logró mantener el paso de los rápidos y agud
Una Iglesia sin Francisco
Para el mundo laico, el papa es una figura política. Una figura que, a través de su poder de influencia a millones de personas en todo el mundo, ejerce un rol político fundamental en el mundo. Pero a pesar de que como símbolo y como portador de una mística influye en millones de creyentes y no creyentes en el mundo, la mayoría de los papados del siglo XX jugaron un rol cada vez más acotado en el acontecer del mundo. Su participación en momentos clave de la historia reciente es innegable, pero para los no creyentes cada vez más su discurso se volvió poco interesante, obsoleto y perdió trascendencia. Hasta que llegó el papa Francisco. En tiempos recientes el poder político de un papa no emana del estado Vaticano sino de su simbología espiritual. Pero durante décadas este poder había estado en decadencia. Juan Pablo II fue querido por muchos, pero su visión de mundo, como la de su sucesor, mantuvieron a la Iglesia católica en un pantano de obsolescencia. La iglesia no logró mantener el paso de los rápidos y agud