Víctimas

Las imágenes y los audios de niños y niñas llorando dentro de jaulas han dado la vuelta al mundo y han motivado múltiples condenas hacia el gobierno estadounidense. Separar familias, clasificar a los niños y niñas para después encerrarlos en jaulas es una imagen propia de los más trágicos episodios de la humanidad que creíamos haber superado hace décadas. Lamentablemente, el discurso de Donald Trump y su política migratoria —claramente inhumana y contraria a los principios internacionales— nos hace ver en pleno siglo XXI escenas desgarradoras que merecen nuestra condena e indignación, pero sobre todo nuestra intervención. Hace cuatro años el presidente Obama reconoció que ésta era una situación humanitaria que debía atenderse con urgencia e importancia. Sin embargo, no se atendió de raíz y el número de niños y niñas migrantes sigue siendo alarmante. De 2010 a 2017 se registraron más de 118 mil “eventos de repatriación” de menores migrantes mexicanos desde Estados Unidos (77% de ellos no estaban acompañados),