Asaltado y arrojado a barranco

“¡Disculpe! ¿Se llama usted Roberto? ¿Vive en Santa Ana? ¿Asiste usted a la iglesia de la virgen Inmaculada?” La respuesta es sí a todo. La mujer grita entonces “¡Es el hermano Roberto! hay que avisarle a su familia”. El hombre fue asaltado y arrojado a un barranco desde cuatro metros de altura. Estuvo ocho horas sin poder moverse, hasta que fue descubierto. La pregunta para algunos fue: ¿Qué hacía el hermano Roberto a esas horas y por esos lugares? Migdalia salió a barrer la calle frente a su local comercial. Era las 9:15 de la mañana. Recogió las hojas secas y cuando las iba arrojar al barranco observó a un hombre tirado, que se quejaba. Asustada le gritó. El hombre apenas pudo responder y pidió auxilio. Migdalia habló al 911 y llegó a los pocos minutos una patrulla de la Policía Municipal. El comandante constató la emergencia y activó su radio Matra para pedir una ambulancia. Con mucha dificultad, los paramédicos descendieron a la barranca para auxiliar a José Roberto Velázquez Hernández, de 49 años de