Buscaba trabajo, halló su garrotiza

Vino a Tuxtla, desde Motozintla, en busca de trabajo. No traía un solo peso. Un par de “viene viene”, presuntamente drogados, le exigieron “un peso”. No les dio porque no tenía. Molestos lo garrotearon. Juan Carlos pasó la noche con la cabeza rota, adolorido, en un taller. Juan Carlos Hernández Pérez, de 30 años, creía que su situación no podría empeorar. Se equivocó. Estaba desempleado, sin dinero, pero al menos sano y lúcido. Vino de su natal Motozintla a la capital chiapaneca en busca de empleo. Un doctor le habló que viniera, pero el doctor no fue a esperarlo. Juan caminaba sobre la 2ª calle Oriente, entre la 9ª y 10ª Sur, a un costado del Hospital Rafael Pascacio Gamboa. Era la noche del martes. Cansado, con hambre, preocupado. Sin un centavo en la bolsa, pensaba en el futuro incierto. De repente fue interceptado por dos hombres desconocidos. “Móchate con un peso, valedor”, le dijeron. Juan Carlos los miró triste. No tenía nada que darles. El par de hombres, con franelas en la mano (son acomodadores de c