Buscó a la muerte de madrugada

Tiene 16 años. Es apenas una niña. A su edad no puede entender la vida, mucho menos la muerte. Sin embargo, huyó de aquella y buscó a ésta. Eligió la hora de más sueño, cuando nadie pudiera intervenir para frustrar su intento; pero la luz de la esperanza se encendió en medio de la oscuridad literal y emocional. La menor fue rescatada con vida. La edad de los sueños e ilusiones, la primavera de la vida, los 16 años, es el mejor tesoro. Pero para María Inés “N”, esta joya perdió valor y la quiso arrojar al pozo cenagoso de la muerte. Es que la vida le pesaba cual insufrible loza, sus pensamientos abigarrados como potros desbocados cabalgaron caprichosos, desenfrenados por el valle de la imaginación. Y comenzó a idear la forma más rápida, menos dolorosa, de terminar con su calvario. La menor eligió cortarse las venas a la altura de las muñecas de las manos. La hora de más sueño para sus familiares, las 2:30 de la madrugada, fue la elegida. La oscuridad era densa, literalmente, en la calle y en la casa de María I