Ciego busca reincorporarse a la sociedad

Se sabe de memoria la calle, el número de autos estacionados y las casas donde le dan ayuda. También están grabados en su memoria, de forma indeleble, los momentos de dolor en su vida. Y llora al recordarlos. Le duele el pasado, le asusta el presente, le desconcierta el futuro. Sus pasos son cortos, temblorosos. Se apoya con un palo de escoba en la mano derecha. De su hombro cuelga un morralito de tela color café. En él guarda sus pocas pertenencias y espera depositar lo poco que colecte. Viste una playera azul, con publicidad de conocido cine. Alguien se la regaló, porque él no es cinéfilo; no tiene ni el dinero ni la posibilidad visual para ello. Sus pies se apartan de la calle empedrada. Es la avenida Tuxtla, en la colonia Nueva Estrella, al norte oriente de Tuxtla Gutiérrez. Con la mano izquierda palpa el auto estacionado. “Sí, aquí es”, dice para sí mismo, pero en voz alta. Cuenta siete pasos y toca la puerta de la casa ubicada en el Lote 4 Manzana 2 de dicha colonia. Una mujer sale. En su mano lleva una