Débil visual y discapacitado, busca empleo y medicinas

Débil visual y dañado de cadera y columna vertebral, encorvado, después de un par de accidentes laborales en diferentes etapas de su vida, Arturo Hernández Vázquez está convertido en uno de tantos minusválidos abandonados por su familiares, que deambula por el centro de Tuxtla. Sin un lugar dónde vivir, a sus 47 años de edad, Hernández Vázquez recordó que hace algunos años laboraba en una tortillería de la ciudad, cuando de pronto hubo un accidente que le quemó parte de los ojos, lo que le afectó permanentemente la vista. Con el rostro cansado por los años y las experiencias, reconoció que no cuenta con padres ni hermanos, por eso desde hace tiempo se queda donde le “agarra la noche”, cerca de los mercados o incluso en comercios que le permiten arrimarse a buen resguardo. Oriundo de Copainalá, dijo que más allá del daño visual en el que se encuentra, ya que le cuesta mucho trabajo distinguir con claridad objetos y personas, actualmente es el dolor de cadera y la columna vertebral lo que lo mantiene casi siemp