En Tuxtla nos está cargando el payaso

El rato más silente y amargo quizá sea cuando la gente no se ríe de las ocurrencias que un payaso pueda presentar en la calle, y a decir de Pelotita, él trata de cambiar ese rumbo de los viajeros que esperan un breve instante, cuando la luz del semáforo se pone en rojo. Antes de arribar a la calle -en específico a los cruceros-, él y su hijos se personifican, dan el último repaso a la actuación en su morada ubicada en Las Casitas, 2ª Sección y piden al “Creador” que les conceda un buen día. La familia viaja en la ruta 30 ante la mirada de algunos pasajeros, quienes simplemente guardan la mesura, ignoran y siguen su viaje. El lente de Cuarto Poder y los payasos llegan a una esquina, a la calzada de las Culturas Indígenas y el bulevar Fidel Velázquez, cerca del Estadio Zoque “Víctor Manuel Reyna”, “¡Bienvenidos al teatro libre y sin techo, el show de calle!”. Carlos Manuel González Álvarez y sus hijos Alan Rodrigo y Carlos Eduardo llevan el espectáculo austero pero pícaro a diversos puntos de la ciudad, para