Oficial lesionado dos veces en el mismo lugar

Una camioneta de lujo impactó a una patrulla de Tránsito Municipal. La conductora iba hablando por teléfono y llevaba a su pequeño en el asiento del copiloto. Con una llamada a su ajustador resolvió el problema del daño material. Pero el dolor físico del oficial no tuvo alivio. Recordar un accidente reciente, en el mismo lugar, le duplicó el malestar al agente. El agente de Tránsito Municipal sonríe forzadamente. Es que un compañero suyo le dice: “Te pegaron y antes de tomar café. En ayunas. Se antoja un atolito”. Es que el día luce nublado, con un clima frío: llovió la noche del martes. Son las 7:30 de la mañana. El oficial se toca el hombro derecho y exclama. “Mejor un tequila estaría bien”. Su compañero, quien conducía la patrulla, no habla. Parece molesto y pensativo. Hay pocas patrullas y una menos no es grata noticia. El oficial lesionado voltea al crucero donde fue el accidente, suspira y dice: “Toy salado. Ya van varias. Hace poco aquí mismo, un loco hizo dar vuelta el Tsurito en que iba yo”. Se refi