Sin familia y enfermo, pide la solidaridad ciudadana

Gustavo Espinosa, originario de Cacahotán, dedicó su vida a ser chofer desde 1975 en Tuxtla Gutiérrez. Hace 15 años fue diagnosticado con diabetes, un padecimiento crónico degenerativo que ha complicado su salud y disminuido sus posibilidades de empleo, pues tras ser dializado los "patrones de los taxis y colectivos" le advirtieron que no lo podían seguir contratando. "Trabajé como chofer en camiones, taxis y varias rutas de colectivos de la ciudad, pero actualmente ya no me dan empleo", relata con preocupación. Esta enfermedad crónica ha deteriorado su salud y ello genera alerta a los propietarios del transporte público que podrían darle empleo, pues se atemorizan puesto que le advierten a Gustavo que podría fallecer de forma repentina a bordo de alguna unidad, de tal manera que le niegan cualquier posibilidad. Es un hombre solitario, ya que nunca se casó, de tal manera que no tiene quien le apoye con los gastos de medicinas. A sus 56 años y sin empleo, optó por pedir apoyo de casa en casa, por lo que tod