Ahora todo es diferente

Llevo alrededor de treinta años ejerciendo el periodismo y nunca había visto tanto desbarajuste en la transición de los dos poderes políticos más importantes del país: el Ejecutivo y el Legislativo, y es necesario decir que casi las mismas circunstancias están viviéndose a nivel nacional y a nivel estatal en Chiapas.

He de confesar que pareciera obvio lo que acabo de mencionar, pero no es así y voy a explicar por qué.

Los comunicadores hemos vivido de manera directa los relevos y las transformaciones políticas, sexenales a nivel nacional y estatal y los trienios a nivel municipal. Y nosotros vemos con mayor claridad cuáles son los cambios más notables a ese respecto.

Siempre habían sido de otra manera. Aunque en todos los tiempos y lugares del mundo ha habido deshonestidad entre los gobernantes, en sus periodos oficiales los gobernantes mexicanos siempre habían dejado dinero para pagar aguinaldos de los trabajadores y para el inicio de una administración del nivel que fuera.

Me refiero que los gobernadores y los alcaldes dejaban varios millones de pesos a su sucesor para que éste pudiera hacer frente a sus compromisos, sobre todo para pagar sueldos y salarios.

Los equipos salientes estaban completamente conscientes de que su equipo cercano de colaboradores tenía que dejar su lugar a quienes acompañarían al nuevo equipo. Y todos felices y contentos.

Un representante del gobernador entrante anunciaba, con anticipación, cuáles eran los nombres de los funcionarios de primer nivel que iban a iniciar la nueva administración, y la mayoría de ellos eran personas conocidas, con trayectoria probada dentro de la administración pública y difícilmente llegaba un improvisado. Desde luego que los había, pero no siempre.

Sí había quien quedaba inconforme, eso siempre. Sí había disturbios a la hora de las elecciones en poblados lejanos, pero siempre eran aislados y no afectaban a una elección completa. Las elecciones extraordinarias son relativamente nuevas. Empezaron a ser necesarias a partir del último tercio de los años noventa.

Después del 2000 se hicieron más comunes y ahora hay muchas.

No había tanta incertidumbre social, ni laboral ni política. Hoy, esos tres aspectos están presentes a nivel nacional y a nivel estatal, de igual manera.

Una de las principales quejas de los nuevos presidentes municipales es que no hay dinero para pagar aguinaldos de los trabajadores, un concepto que está programado con un año de anticipación, en el presupuesto de egresos que es realizado un par de meses antes de que termine un ejercicio presupuestal, de manera tal que ese dinero debe estar ahí disponible para cuando llegue diciembre y los aguinaldos puedan ser pagados de acuerdo con la ley como estímulo merecido a cada uno de los trabajadores de la burocracia estatal o municipal, según sea el caso.

Hoy, a estas estas alturas, nadie sabe cuál es el rumbo correcto que va a tomar la economía nacional, porque no han dado a conocer sus estrategias claras. Todo es ambigüedad e incertidumbre.

Lo realmente preocupante es que a nivel nacional la macroeconomía está tambaleándose por los anuncios hechos por los representantes populares del partido que llevó al poder al nuevo presidente, y por las declaraciones del mismo futuro titular del poder Ejecutivo federal.

Ojalá y las cosas salgan bien. Es lo que deseamos todos los mexicanos.

Los gobernantes podrían ser el color púrpura o de cualquier otro más estrafalario que ese, pero las políticas públicas deberían estar destinadas única y exclusivamente para beneficiar al mayor número de mexicanos posible.

De boca en boca

El gobernador electo de Chiapas, Rutilio Escandón, afirmó en uno de sus más recientes actos públicos que va a hacer a un lado las formas tradicionales de gobernar. Llamó a dejar atrás las prácticas políticas, administrativas y financieras de los gobiernos tradicionales y pidió trabajar de manera cercana a la gente. Clausuró el Taller para la Aplicación de Fondos Federales, organizado por la Auditoría Superior del Estado y la Secretaría de la Contraloría General. Allí destacó que el sistema político ya cambió y que por eso en el ejercicio de su gobierno se va a inaugurar una nueva cultura política en la relación que lleve con los presidentes municipales y diputados locales. Lo de estar cerca de la gente suena muy bien porque los políticos tradicionales siempre han trabajado alejados de la gente y la mayoría de ellos sólo diseña, ordena y decide desde sus escritorios en sus oficinas de las ciudades capitales. Y muy pocas veces hacen un ejercicio de reflexión o de intento de consenso con la gente antes de realizar alguna acción que vaya a impactar sobre algún núcleo poblacional. Ahí está la propuesta del nuevo gobierno. Ya nos dijeron el qué. Falta que nos expliquen el cómo******Sobre la propuesta de seguridad y paz, hecha por el gobierno federal entrante hubo fuertes e importantes cuestionamientos. Amnistía Internacional hizo un reproche. Dijo que con ese proyecto se repite esencialmente el fallido modelo actual de seguridad. Mientras que la Organización de las Naciones Unidas, ONU, llamó al Congreso federal a no aprobar los planes para endurecer las penas por delitos como el huachicoleo. Casi al mismo tiempo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró como inválida la Ley de Seguridad Interior que daba armas legales para que las fuerzas armadas pudieran actuar en acciones de combate al crimen organizado o de otras que pudieran poner en riesgo la seguridad nacional. En ese plan de seguridad hay muchos aspectos que merecen ser analizados con una lupa, porque a simple vista se ven muy positivos. Sobre el particular hay algo sobresaliente para todos: todos los ciudadanos, de manera individual, sienten en su fuero interno cuando hay seguridad o cuando hay inseguridad en su entorno. No van a necesitar una bola de cristal para ver resultados de ese nuevo plan.

alexmoguels@hotmail.com