Ese sí fue un “Sabadazo”

Todos o casi todos estaban en la plenitud de sus días de descanso de la Semana Santa 2017 cuando se enteraron de la detención en Guatemala del ex gobernador de Veracruz Javier Duarte, quien representa uno de los casos más emblemáticos de corrupción en la historia de México.

La tecnología permitió que la inmensa mayoría de los mexicanos se enteraran de ese hecho casi en tiempo real.

Su captura generó inmediatamente diversas reacciones en redes sociales cuyos usuarios fueron de los primeros en enterarse de esa noticia aparte de quienes estaban viendo los canales de televisión que transmiten de manera ininterrumpida programas de noticias en México y fuera de él, que también alertaron a tiempo de ese suceso.

Era esperada su detención desde hacía ya mucho tiempo.

Era incluso incomprensible cómo es que el señor Duarte haya ido a una entrevista en vivo con el periodista Carlos Loret en una transmisión de alcance internacional la mañana del 12 de octubre pasado donde anunció que horas más tarde presentaría solicitud de licencia ante el Congreso de su estado, tal y como efectivamente lo hizo según él para facilitar las investigaciones en su contra.

Era igualmente incomprensible que al día siguiente, el 13, haya sido liberada una orden de aprehensión en su contra y que a partir de esa fecha nadie haya sabido de su paradero y se haya convertido en prófugo de la justicia.

El caso de Duarte es el más escandaloso del que uno pueda tener memoria en toda la historia de México.

Los presuntos desvíos millonarios realizados por el citado gobernador de Veracruz (2010-2016) y su cinismo extraordinariamente histriónico para ocultar, ante la televisión y los veracruzanos, sus irregularidades administrativas y su enriquecimiento inexplicable hicieron que los mexicanos y muchas personas más allende las fronteras del país azteca hayan seguido en forma cotidiana la historia como una telenovela bien realizada cuyo actor principal era precisamente el ahora exmandatario.

Las propiedades halladas a su nombre, de sus familiares o de prestanombres suyos, los faltantes de dinero descubiertos en cuentas bancarias gubernamentales por su sucesor panista Miguel Ángel Yunes así como la escandalosa falta de medicamentos en hospitales veracruzanos hicieron que los mexicanos estuviéramos muy pendientes de las historias diferentes que todos los días nos narraban en la televisión, en la radio o en los medios impresos.

El quebranto financiero provocado por Duarte en todo Veracruz, mostrado todos o casi todos los días en las pantallas televisivas, hizo que la sociedad mexicana llegara a juzgar mediáticamente al citado funcionario como un verdadero culpable de enriquecimiento ilícito, desvío millonarios de recursos públicos antes incluso de haber sido juzgado por los tribunales de justicia mexicana.

Esos hechos altamente comprobables causaron enorme irritación entre la sociedad mexicana que hoy está pidiendo a gritos castigo ejemplar contra el detenido.

Sabemos que hay otros ex gobernadores mexicanos acusados de haber usado mal los recursos del pueblo y quizá sean presuntos responsables de los mismos delitos de los que ahora está siendo acusado Duarte.

Las instituciones mexicanas están hoy a prueba. Deben realizar un juicio transparente y apegado a derecho hasta dejar completamente satisfecha a la sociedad mexicana que hoy se siente severamente agraviada por los sucesos del veracruzano.

Un juicio justo y ejemplar va a ayudar a las instituciones a recuperar la credibilidad perdida hasta hoy por tanta impunidad sufrida anteriormente en casos políticos similares.

Historia de la detención

En un inicio se dijeron muchas y variadas hipótesis respecto de la detención de Duarte a las ocho de la noche del reciente sábado en Guatemala, pero funcionarios mexicanos despejaron dudas ayer domingo por la tarde.

Dijeron que un vuelo privado de México a Guatemala de los hijos de Javier Duarte de Ochoa, su esposa Karime Macías y de otros familiares, así como un error cometido por uno de ellos en la Aduana terminaron siendo clave para capturar al exgobernador

El vuelo partió el 14 de abril –apenas un día antes de su detención- desde Toluca, México, hacia Guatemala.

En él iban los hijos de la pareja (Emilio, Javier y Carolina) y José Armando Rodríguez Ayache, concuño de Duarte; María Virginia Tubilla de Macías, y Mónica Ghihan Macías, madre y hermana de Karime Macías. También iban dos personas más, familiares de la esposa del exmandatario.

El vuelo era de la compañía de vuelos privados Redwings y la aeronave era tipo H25B, con capacidad para ocho pasajeros.

El plan para llegar a Duarte habría salido bien, pero el concuño, quien organizaba toda la comitiva, no reportó en la Aduana todos los dólares, euros y pesos que traía consigo, lo que alertó a las autoridades mexicanas.

La Policía Federal en México los dejó que volaran a Guatemala y los fue siguiendo.

Duarte, de 43 años, se encontraba en un hotel de Panajachel, ubicado a orillas del lago Atitlán, uno de los sitios de Guatemala más visitados por turistas.

La Procuraduría General de la República de México dijo que pidió el sábado a la cancillería que solicite a Guatemala la extradición del exgobernador, para lo cual tiene un plazo de 60 días según un tratado vigente entre ambos países.

De boca en boca

Ayer domingo por la tarde ya estaban circulando vehículos sobre el Boulevard Belisario Domínguez, a la altura del crucero Caña Hueca, tal y como lo había anunciado con dos días de anticipación el presidente municipal de Tuxtla Gutiérrez Fernando Castellanos Cal y Mayor. La obra subterránea en ese lugar fue hecha justamente en días de asueto y, por tanto, de poca circulación vehicular por la zona. De manera tal que eso causó pocas molestias a automovilistas.

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