Boda: todo es arroz. Divorcio: todo es pa-ella. En el elevador del hotel un huésped golpeó inadvertidamente en el pecho, con el codo, a una guapa mujer. El hombre, caballeroso, intentó apenado una disculpa original, y dijo: “Señora: si su corazón es tan suave como su busto seguramente sabrá usted disculparme”. Al punto respondió la dama: “Señor: si su aquello es tan duro como su codo, mi cuarto es el 205”. Don Frustracio, el esposo de doña Frigidia, se sintió muy mal: débil, agotado, feble, laso. En compañía de su mujer fue a la consulta de un facultativo. Después de revisar al exinanido paciente el médico llamó aparte a la señora y le dijo: “Su marido sufre un grave caso de astenia psicofísica total causada por retención de los líquidos vitales propios de la facultad generativa. Está en riesgo incluso de morir si no da salida a tales líquidos. Semen retentum venenum est, postularon lo mismo Hipócrates y Galeno que Avicena y Averroes. Debe usted proporcionarle sexo al menos cuatro días de la semana; cumplirle todos sus deseos eróticos; satisfacer sus más encendidas fantasías lúbricas y acceder a todos sus requerimientos de libídine, pasión y voluptuosidad. Sólo así el señor podrá salvar la vida”. Al salir del consultorio don Frustracio le preguntó lleno de angustia a su mujer: “¿Qué te dijo el médico?”. Respondió con laconismo fatal doña Frigidia: “Que te vas a morir”. “¡Joder! -exclamó hecho una furia Babalucas mientras buscaba afanosamente-. ¡Un día de éstos yo me voy a esconder, pa’ que las pinches llaves sepan lo que se siente!”. Una mujer puso este mensaje: “Quiero un hombre que me haga feliz”. Recibió una contestación en forma de pregunta: “¿Para propósito matrimonial?”. Respondió: “No. Marido ya tengo”. Aquella señora era madre de media docena de retoños. Su esposo se dirigía siempre a ella llamándola “madre de seis”. Eso la molestaba, pero el tipo insistía en aplicarle tal apelativo: “madre de seis” para acá; “madre de seis” para allá. El sujeto dejó ese irritante hábito desde la vez que fueron a una reunión de parejas y él le dijo en voz alta a su consorte: “Ya vámonos, madre de seis”. Respondió ella en voz que también todos oyeron: “Está bien, padre de cuatro”. La chica le informó a su novio: “Estoy embarazada. ¿Qué te gustaría que fuera? ¿Niña o niño?”. Respondió él, mohíno: “Me gustaría que fuera mentira”. He aquí 10 cosas que una mujer no le debe decir a un hombre durante el sexo. 1-. “¿De veras ya estás ahí?”. 2-. “¿Y para esto me despertaste?”. 3-. “Por favor pásame la tablet, para seguir viendo mi serie mientras tú terminas”. 4-. “No se te olvide ir mañana a que te pongan una inyección de penicilina”. 5-. “Creo que el techo necesita pintura”. 6-. (En la noche de bodas): “¿Cuándo es cuando voy a sentir bonito?”. 7-. “Se suponía que si dejabas de fumar aguantarías más”. 8-. “¿Te conté de la operación que me hice para cambiar de sexo?”. 9-. “No me hagas caso; siempre me limo las uñas en la cama”. 10-. “Zzzzz”. Y he aquí 10 cosas que un hombre no debe decirle a una mujer durante el sexo. 1-. “Pensándolo bien, ahora que te veo sin ropa tienes razón: vamos a hacerlo con la luz apagada”. 2-. “Jadea fuerte, y grita, para que la vecina te oiga y piense que soy bueno en la cama”. 3-. “Tampoco sabes cocinar, ¿verdad?”. 4-. “¿No has considerado la posibilidad de que te hagan una liposucción?”. 5-. “¿Me permites que te coloque esta bolsa en la cabeza?”. 6-. “Viéndote la cara piensa uno que eres mucho más joven. ¿Te operaste?”. 7-. “¿Tienes alguna amiga?”. 8-. “Ojalá también me gustes cuando esté sobrio”. 9-. “Con ropa te ves bastante mejor”. 10-. “Bueno, al menos a ti no tuve que pagarte”. FIN.

Mirador

Por Armando FUENTES AGUIRRE

HISTORIAS DE LA CREACIÓN DEL MUNDO

Guerra.

Hambruna.

Peste.

Inundación.

Tsunami.

Terremoto.

Violencia.

Crimen.

Preguntó el Espíritu:

-¿Por qué?

Contestó el Señor:

-Debo haberme quedado dormido.

¡Hasta mañana!...

Manganitas

Por AFA

“.Siguen los apagones.”.

A propósito del tema

una explicación pensé:

seguro a la CFE

ya se le cayó el sistema.