¿Necesita Sheinbaum menciones de AMLO?

Riesgo judicial, por Mañaneras

Claudia “jalará” a García Harfuch

Densa, la sucesión en Sedena

Se van acumulando, bajo advertenci>, las referencias jurídicamente utilizables para invocar en su momento una constante intervención del presidente de la República a favor de la candidata de su partido a la sucesión.

Ayer, aún cuando el punto es recurrible ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, la Comisión de Quejas y Denuncias del Instituto Nacional Electoral ordenó al titular del Poder Ejecutivo federal que retire o modifique de sus redes sociales siete conferencias matutinas de prensa (“mañaneras”), bajo la consideración de que se difunden obras y servicios gubernamentales en temporada electoral y que se hacen pronunciamientos a favor de la abanderada oficialista y descalificaciones a sus opositores.

Más allá de las consideraciones de López Obrador al respecto, precisadas en un escrito de la Consejería Jurídica de Presidencia al INE, lo cierto es que la insistencia declarativa de Palacio Nacional en los temas electorales aporta material a la coalición xochitleca para impugnar en su momento el resultado electoral, ante instancias nacionales (el TEPJF) como internacionales.

Y en lo sustancial vale preguntarse cuál es la ganancia política o electoral que a la causa de Sheinbaum aporta la retórica presidencial, dado que la enorme mayoría de las encuestas de opinión consignan una delantera claudista muy difícil de remontar y si, además, el rango de poder a ejercer por el tabasqueño es cada vez menor. No debería el presidente poner en riesgo la calificación presidencial, cuando menos en grado de tentativa por parte de los opositores que, de eso, piden su limosna: ven que el niño es risueño y le hacen cosquillas.

En entrevista periodística, Claudia Sheinbaum adelantó, cuando le preguntaron si no había afectado su relación con Clara Brugada que ella hubiera quedado como candidata y no García Harfuch: “Omar ahora está compitiendo por el Senado y muy probablemente lo voy a jalar a que trabaje conmigo, y ya se quedará su suplente”.

¿A dónde se “jalaría” la probable presidenta de la República a su exsecretario de Seguridad Pública? ¿A este mismo cargo, pero a nivel federal, con la Guardia Nacional que en realidad obedece a Sedena? ¿Al Centro Nacional de Inteligencia, que sustituyó al Cisen, actualmente a cargo del obradorista general de división en retiro, Audomaro Martínez Zapata?

Por lo pronto, el ganador sería el suplente de García Harfuch, Francisco Chiguil, quien ha sido jefe delegacional y alcalde de Gustavo A. Madero en la Ciudad de México. Así, y considerando que Sheinbaum triunfara, García Harfuch tomaría posesión como senador, solicitaría licencia para ocupar un cargo federal y mantendría una red legislativa de protección, si más adelante tuviera que salir del equipo claudista.

Desde ahora hay que apuntar que el destino de alta burocracia federal de García Harfuch dependerá del nivel de influencia y veto que mantenga el grupo militar encabezado por Luis Cresencio Sandoval, así como del perfil y compromiso grupal de quien llegue a la Secretaría de la Defensa Nacional (más cargado a una finca en Chiapas o a la futura silla presidencial por primera vez femenina). Probablemente la sucesión 2024 en la Sedena será la más densa y cargada de intereses de la historia de varias décadas: no solo la continuidad de la élite actual, tan empresarialmente próspera, sino, con ese peso excesivo, el intento de condicionamiento de ciertas decisiones civiles.

Por cierto, en la entrevista antes citada, Sheinbaum habló del papel del ejército en su gobierno (de ser la vencedora) y en general. Y deslizó: “Ahora, la Secretaría de la Defensa Nacional tiene tareas que se han dado en este sexenio, como la operación del Tren Maya, aduanas, construcción, y yo creo que hay que evaluar. Si en unos años ve uno que no funciona en algunas áreas, pues tomaremos decisiones; pero hoy, así como está, lo vamos a mantener” (“El Universal”, https://goo.su/fgql2g). ¡Hasta mañana!