Federico Álvarez del Toro y los sonidos del abismo

Hoy domingo 25 de noviembre el río Grande de Chiapa está de fiesta, Federico Álvarez del Toro, le rendirá un magno tributo al Cañón del Sumidero y, a Miguel Álvarez del Toro (+), naturalista, y gestor para que esta zona sea decretada como Parque Nacional (8 de diciembre de 1980), y en esta oportunidad será un escenario con 70 músicos sinfónicos en escena, dirigidos por Federico Álvarez del Toro.

El periodismo narrativo de Juan Balboa, es realmente formidable, y ahora le sumemos las entrevistas a dos músicos peculiares que realizó, Zeferino Nandayapa Ralda (+) y Federico Álvarez del Toro, incluidos en el artículo “Dos músicos chiapanecos en Londres”, publicado en la revista “Cultura Sur” en el año de 1989 (Año 1, Volumen 1, Número 3, México, septiembre-octubre 1989), que coordinaba el poeta Óscar Oliva.

En esa suerte de asociación –de mis referencias culturales, les ofrezco la entrevista anterior, precisamente cuando Zeferino y Federico, coinciden musicalmente en una obra que hoy se escuchará: “El espíritu de la tierra”.

“La marimba Cuacha de don Corazón Borras embriagó con sus sonidos cálidos de hormiguillo, sus pumpos de caoba y su tela de cerdo arrecho a los congregados en el Royal Festival Hall, a orillas del impasible Támesis, durante el Festival Viva organizado en South Bank Centre, en Londres Inglaterra.

Una invitación del músico mexicano Eduardo Mata llevó al músico chiapacorceño, el de la risa bondadosa, Zeferino Nandayapa, y al compositor tuxtleco, el de la seriedad infinita, Federico Álvarez del Toro, a conquistar, con la señora marimba como solista, el viejo continente. Dentro del concierto de los instrumentos orquestales la marimba se elevó al rango que ha mantenido el piano y el violín en las grandes orquestas del mundo.

La obra de Federico Álvarez del Toro, El espíritu de la tierra (1983-1984), sinfonía para marimba orquesta y cinta magnetofónica, es una combinación de cantos lacandones con sonidos que asemejan movimientos telúricos, de acordes a la marimba solista con otros acordes al mismo nivel del fagot y el corno inglés y, finalmente, la marimba como expresión sincrética entre la música mestiza y las fiestas y rituales ancestrales de la cultura maya.

Un sonido sólido y cálido brotaba magistralmente de los bolillos del maestro Zeferino Nandayapa, hijo del gran constructor de marimba Norberto Nandayapa, que con su sencillez y su magistral ejecución al frente de su instrumento, excepcionalmente bello (un tormento trasladarla), fue entibiando el ambiente acompañado de la filarmónica de Londres para hacer del Royal Festival Hall un infierno de aplausos.

Recuperándose de la impresión del viaje, Federico Álvarez del Toro habla con voz suave, apenas audible durante esta entrevista en la Yashná, la casa de sus padres, en Tuxtla Gutiérrez Chiapas: ‘El sonido de la marimba cautivó a los músicos de la sinfónica de Londres. Todos ellos demostraron desde el primer día de ensayos un absoluto respeto por el instrumento, por la obra y por el maestro Zeferino’.

De un montón de papeles Federico Álvarez del Toro desentierra el programa oficial de South Bank Centre –integrado por un conjunto de teatro de los más importantes de Londres a orillas del río Támesis– impreso especialmente para el Festival Viva del mes de julio. Ahí, entre una decena de eventos importantes, estaba programada la sinfonía El espíritu de la tierra, dirigida por Eduardo Mata y con Zeferino Nandayapa como solista, al lado de Tosar (Sinfonía No. 2) y Ginastera (Cello concierto No. 2 y pampeana No. 3)

‘No es tanto el éxito del programa sino el acercamiento que se está dando entre las dos culturas: Europa se siente atraída por la frescura de América Latina’ asienta el músico chiapaneco. Dice que en Europa los músicos latinoamericanos están muy unidos y comparó el momento actual de la música de Latinoamérica en Europa con la irrupción que tuvo hace muchos años la literatura de América Latina en el viejo continente.

El compositor Chiapaneco cuenta que para presentar en Londres la sinfonía El espíritu de la tierra, fue necesario contratar un equipo de especialistas en música y dibujantes que elaboraron, durante dos meses, las partituras. ‘Los músicos en Londres exigen que la partitura esté bien delineada y dibujada. También fue necesario volver a grabar los cantos de los lacandones’, dice Álvarez del Toro.

‘El maestro Mata fue muy cuidadoso con la obra, para lo cual existieron varias reuniones de análisis entre el director y el compositor chiapaneco. Mata —confía Federico— hizo algunos ajustes que ayudaron a que la interpretación de la obra tuviera mejores resultados’. Los músicos entendieron rápido la obra y Zeferino ‘dio mucho’. La sinfonía, presentada en julio pasado en la capital inglesa, está dividida en tres movimientos: La fuerza de la tierra, Oratorio bajo la ceiba y Los misterios festivos. Del primer movimiento, Federico Álvarez del Toro explica que está basado en los sentimientos telúricos, aquellos que los indígenas llaman Yahvalb’ alumil (El espíritu de la tierra), ‘el principio generador de todas las energías y los ritos primigenios de los elementos, en donde se condensan y producen las fuerzas que mantienen al hombre’ La fuerza de la tierra, prosigue, está representada por los cantos lacandones que poseen elementos hipnóticos y estremecedores. El movimiento se escucha en varios planos sonoros que establecen una relación entre lo telúrico y lo espiritual. ‘En el segundo movimiento, Oratorio bajo la ceiba, interviene el instrumento solista, la marimba, que abre esta parte con un acorde sobre el registro grave del instrumento y penetra en el inframundo.

‘En este movimiento la ceiba representa el universo para la cultura maya; árbol sagrado, muy grande, muy alto, muy frondoso que penetra con sus raíces en el inframundo, su tronco y sus ramas atraviesan las diversas capas del cielo’

‘El movimiento Los misterios festivos está basado en reminiscencias de ancestrales ceremonias representadas por ritos que se conservan hoy en día de las creencias antiguas y que constituyen el alma en la idiosincrasia del pueblo chiapaneco. Aquí, se desarrollan las intervenciones importantes del instrumento solista’.

La marimba cuacha diseñada por don Corazón Borras impresionó a los londinenses. Desde que apareció retadora frente a la enorme sinfónica llamó la atención de los exigentes ingleses. Ese instrumento, que en el pasado era como una hamaca musical amarrada a la cintura de los negros, o el yolotl de los indios de Chiapas, aquel instrumento al que le crecieran las patas con la Reforma de Juárez estuvo en Londres. Es aquella señora marimba que Eraclio Zepeda narra en el cuento De la marimba al son.

Los músicos y los ebanistas estudiaron la marimba (de los negros), le arrimaron el cedro y la caoba, la garlopa y sus formones, y la dignidad de un buen trabajo carpintero la vistió de gala. El manejo de pentagramas le permitió entonaciones nuevas, sorprendentes combinaciones melódicas, una distinta concepción en el afinado de las teclas. Las cajas de resonancia (pumpos) se fabricaron con madera de caoba que logró aumentar el registro de los tonos.

‘La marimba se convirtió en nuestro instrumento. La caja de resonancia, que nombramos pumpo, se enriqueció con un tímpano en un pequeño agujero hecho en la madera, el hábil constructor de marimba agregó una leve membrana que multiplicó la vibración de cada nota. Esa es la telita que le dicen. Después de que los sabios artesanos chiapanecos le incluyeron el tímpano a los pumpos, don Corazón Borrás le agregó el segundo teclado, para consolidar los sostenidos y bemoles, como el piano’.

‘Por esos tiempos también andaban otros de los sabios constructores de marimbas, Zeferino Nandayapa, el grande, abuelo del que ahora hizo sonar la marimba en uno de los teatros más importantes de Londres. Zefe, como se le conoce con cariño en Chiapas fue desde los seis años constructor y ejecutante del instrumento en su natal Chiapa de Corzo. Alumno aplicado de su padre, Norberto Nandayapa quién lo mandó en 1952 a la ciudad de México para aprender a tocar el piano, Zeferino Nandayapa descubrió en este instrumento las virtudes de la marimba. ‘Hacia mis lecciones de piano en marimba, dice el músico chiapacorceño, y veía que en la marimba se podía tocar a los clásicos (Paganini, Mozart, Chopin, etc.) y decidí, desde ese momento, seguir los pasos del maestro David Gómez y de los hermanos Domínguez’.

La primera gira que realizó el maestro Nandayapa fuera del país fue en 1956, con un cuarteto de músicos chiapanecos que ejecutaban la marimba. Estuvo en los Estados Unidos y tocó posteriormente con los hermanos Domínguez, para finalmente organizar el cuarteto Nandayapa, a principios de los años sesenta. Después, cargando su marimba recorrió varios países de Sudamérica, Europa y Asía.

Zeferino Nandayapa está considerado actualmente como uno de los mejores ejecutantes de marimba que existen en México. Le preocupa enormemente la destrucción de los bosques, ‘pues se está destruyendo el hormiguillo’, madera con que se construye la marimba, y dice que, con la desaparición del hormiguillo, los marimbistas, en el futuro, van a tener que comprar marimbas de plástico en Japón.

Siempre sonriendo, el maestro Nandayapa siente la marimba como parte de su vida, de la vida de los chiapanecos: ‘Es un instrumento que nos identifica como sureños, como chiapanecos, con la selva lacandona, con el río Grijalva, con la pila de Chiapa de Corzo, con los Lagos de Montebello; la marimba es el espejo de la alegría en Chiapas.

Como una verdadera dama llevada del brazo de Zeferino y Federico, y dirigida por Eduardo Mata, la marimba se codeará en los próximos años con las orquestas de la Unión Soviética, de Oriente, y de los países bajos de Europa.”