Campañas bajo Fuego

Los Hijos en el Ojo

Las campañas se incendian. El brutal asesinato de Gisela Monroy, quien era candidata de Morena a la alcaldía de Celaya, en el turbulento Guanajuato —en donde las mafias han aprovechado que allí gobierna la oposición para contar con el cobijo de Palacio Nacional—, encendió al mandante López y le hizo sonar los tambores de guerra, señalando al gobernador panista Diego Sinhué, al INE y al instituto electoral de la entidad como responsables de la tragedia, por no haberle brindado la debida protección.

Desde luego, los órganos electorales no tienen más función que advertir sobre los riesgos de tal o cual aspirante, y el mandatario local, limitado en cuanto a que no le es posible costear una reducida compañía de genízaros muy distante a cuanto se invierte a la anodina Guardia Nacional —es obvio que también en este punto ha fracasado AMLO—, no tiene culpa alguna como sugiere el mandante pelafustán sobre el terrible hecho. Más bien, habría de señalarse al propio Andrés Manuel, por su desidia y su reiterado afán de que en el país hay calma y todo lo demás es exageración propagandística de sus “adversarios” —más bien sus enemigos, todos aquellos que no coincidimos con sus arengas ni con sus falsos informes—, sobre todo en estos tiempos electorales.

La miseria humana de quienes rodean al señor de Palacio no tiene límite. Es vergonzoso su afán de mentir reiteradamente por el daño causado, una y otra vez, a la nación mexicana bajo el peso de la intolerancia, la soberbia y la más terrible impunidad, la mayor que hemos atestiguado en nuestro largo andar, que facilita las operaciones fraudulentas protegidas por los sicarios del narcotráfico quienes garantizan que en ciertos sitios, digamos en las obras emblemáticas de la 4T, no pase nada. ¿O alguien pensó en un sabotaje cuando se descarriló el Tren Maya? Por supuesto que no, porque ello sería, a todas luces, romper con los tratos soterrados del Gobierno Federal con el crimen organizado.

Lo anterior nos ha sido revelado por elementos del ejército, quienes también me han dicho que un alto porcentaje de los militares —mencionan hasta un 95 por ciento— no votará por Morena ni por sus acompañantes veleidosos. Y no lo harán porque, sencillamente, los han colocado en sitios vulnerables sin posibilidad de respuesta ante los cárteles con mayor poder de fuego. ¿Queda claro? Los abrazos son solo para los delincuentes; igualmente para el general secretario Luis Cresencio Sandoval y el almirante José Rafael Ojeda Durán (secretario de la Marina), quienes han maniatado a las tropas por unas migajas de poder que se fueron convirtiendo en todo el pastel. ¿Quién manda en México?

El caso es que, desde luego, los miembros de las Fuerzas Armadas están a disgusto, más todavía luego de que el Senado de la República aprobó que elementos militares de EUA puedan entrar al país sin mayores restricciones en una clara actitud de sumisión prohijada por el temor de AMLO al gran poder del continente, que ya ha dejado las cortesías diplomáticas a un lado y exigen mayores resultados al régimen mexicano —no ha habido, en realidad, ninguno en materia de drogas—, que incluso se negó, en un principio, a aceptar que en el país se produjera fentanilo cuando tal acusación era evidente y no solo por los percusores, sino también por el material duro que causa las muertes de más de 100 mil estadounidenses al año... bastante más que los caídos el 11 de septiembre de 2001, e igualmente que los combatientes muertos en las guerras recientes.

El gran conflicto de AMLO es haberse enredado en su larga secuela de mentiras, al grado de que ya no son creíbles sus arengas ni sus vanos pretextos en materia de política exterior, cuando la tendencia es a castigar a quienes, como presidentes (as), han incumplido las leyes o abusan de sus cargos para enriquecerse. El caso de la mandataria peruana, Dina Boluarte Zegarra, cuya mansión fue allanada a partir de que exhibiera varios relojes Rolex (de alto costo), en sus presidenciales muñecas, por órdenes de una fiscalía verdaderamente independiente —y no falsaria como la de México conducida por un errático Alejandro Gertz Manero, el de las batas de seda—, fue como un aviso al mandante mexicano sobre cuál sería su destino si se reinstala el Estado de derecho por encima de la ficción transformadora.

Espejito, espejito...

La Anécdota

Las campañas, con debate incluido, se ensucian tanto que los tramposos buscadores del oficialismo han querido responder a las severas acusaciones contra los hijos de AMLO, del “clan” más corrupto y cínico en la historia reciente de México, con un video, filmado hace un año, de Juan Pablo Sánchez Gálvez, hijo de Xóchitl (la candidata de oposición), en estado de ebriedad y con actitud altanera con los guardias de un antro de la Ciudad de México. El muchacho, herido en su amor propio, salió a dar la cara para aceptar el hecho, pedir disculpas —ya lo había hecho con los ofendidos en el bar—, y dejar la coordinación en materia de jóvenes, por la que no cobraba un centavo, en la campaña de su madre. Algo que, por supuesto, está muy lejos de la hipócrita actitud de AMLO y sus herederos, el ocioso panzón José Ramón, el político ambicioso Andy, líder del tráfico de influencias, y el célebre Bobby, es decir, Gonzalo, el mercader por antonomasia al lado de su amiguete Amílcar Olán, quien ya dijo que si cae él se los llevará entre las patas.

Ahora también muestran al esposo de Xóchitl, Rubén Sánchez Manzo, a quien pocos conocen porque evita los reflectores, en un video en el que se muestra altanero y majadero. Los revisionistas del régimen se han convertido en cazadores de incidentes que no son ajenos al modo de ser de millones de mexicanos. Quien diga lo contrario que aviente la primera piedra…

Así las cosas, en los días cercanos al primer debate entre candidatos a la presidencia, las aguas se enturbiaron y la contaminación salpicó a todos. Malas noticias para los mexicanos, sin duda. Pero, primero, que nos diga la atea Claudia, quien se dice ajena a cualquiera religión pero se ha puesto faldas estampadas con la imagen de la Guadalupana, ¿quién es el padre de su hijo más pequeño escondido en Sonora? El bombazo es tremendo, porque el abuelo habita las locaciones del Palacio Nacional.

loretdemola.rafael@yahoo.com