Si bien Pablo Salazar Mendiguchía cacareó la honestidad de su gobierno, bajo el agua un hatajo muy cercano a él se benefició del presupuesto oficial y el cebo de la pureza cayó por los suelos, yendo a la cárcel por un peculado de más de cien millones de pesos.

Alfil de la corriente política Los Chuchos que se conforma de aves carroñeras dentro del Partido de la Revolución Democrática, hombre de tempestades y rencoroso, Salazar navegó con una bandera de hipocresía, simulación y contrasentidos.

La prestigiosa psicóloga Sonia Castro, con más de 15 años de experiencia, escritora y con especialidad clínica y de la salud, define el rencor:

“Un rencor muy intenso nos puede llevar a sentir y a convertirse en odio y en último término a la necesidad de venganza constante, entendida por todos a modo del clásico ‘ojo por ojo’, ‘diente por diente’ nada beneficioso, que únicamente nos encarcela y que no nos permite avanzar”.

“Nada en la tierra consume a un hombre más rápidamente que la pasión del resentimiento,” advirtió Friedrich Nietzsche.

Stan

Ese sexenio pasó a la historia como el más represor que haya tenido Chiapas. En la memoria colectiva están inscriptas las agresiones de su gobierno y los actos de corrupción.

El caso Stan es una cuenta pendiente. Siguen flotando preguntas a pocos días de que se cumplan 18 años de la tragedia. Por ejemplo, nunca se supo dónde terminó el millón de dólares que habría donado el actor Mel Gibson para los damnificados.

A eso se debe agregar los once mil millones de pesos que se dice desaparecieron y que, en teoría, serían invertidos en la reconstrucción de la amplia zona del Soconusco devastada por el fenómeno natural.

El 31 de enero de 2009, el Consejo de Damnificados de Stan notificó a la Auditoría Superior de la Federación un monstruoso fraude cometido con los dineros para rehacer la región arrasada.

El Consejo de Damnificados se creó a raíz de la desdicha que trajo consigo esa despiadada tormenta de 2005.

Ladrones

Las familias de 800 comunidades de los 41 municipios afectados se organizaron cuando vieron que Stan no solo dañó –como suele ocurrir- el exiguo patrimonio de los más vulnerables, sino al erario porque una banda de ladrones abultó sus chequeras precisamente con el dinero para ayudar a los afectados.

La irritación creció porque desde Los Pinos se hicieron anuncios espectaculares sobre los enormes fondos aportados al gobierno de Pablo Salazar Mendiguchía.

A dichos recursos que mandó la Federación se sumaron las contribuciones de organizaciones internacionales altruistas que, preocupadas por la magnitud de lo ocurrido y del dolor de las familias, desde el extranjero se dieron a la tarea de recaudar capitales para enviarlos, sin condicionamientos ni restricciones, al gobierno de Salazar.

Las corrientes de al menos 98 ríos aniquilaron lo que encontraron a su paso, derribando casas, árboles, postes de luz y viaductos de más de 20 metros de altura. Se perdió el equivalente al 15 por ciento del Producto Interno Bruto.

Para el presidente de la Sociedad Civil del Soconusco, Carlos Tapia Ramírez, había suficientes elementos para acumular un proceso más en contra del exgobernador Salazar.

Infinidad de pruebas

Tapia afirma que, en tiempo y forma, presentaron infinidad de pruebas y testimoniales de los afectados por Stan que certifican la responsabilidad de Salazar en las denuncias imputadas “como para que termine sus días en la cárcel”.

Se cree que, por los presuntos delitos, debió estar en prisión 50 años.

Tapia señalaba que senadores y diputados federales chiapanecos debieron exigir a la Procuradora General de la República una amplia explicación del por qué en el caso de Stan la impunidad cobijaba a Salazar. Se acumularon al menos nueve averiguaciones previas.

Se conjetura que Salazar fue avisado por el Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos que Stan avanzaba con fuerza avasallante hacia Chiapas.

Desoyó la notificación como lo hizo con los médicos y autoridades del hospital regional de Comitán, quienes le solicitaron auxilio para trasladar a los neonatos enfermos a la Ciudad de México en el avión de gobierno El Chamula.

El domingo 03 de diciembre de 2006, Pablo dejó el poder. Y dijo que su ciclo en política terminaba. Que se retiraba a su casa. Ahí, melancólico y ojos llorosos, fiel retrato de un hipócrita, pronosticó que el de su sucesor sería el mejor gobierno que ha tenido Chiapas.

El 4 de octubre de 2011, cientos de integrantes del Consejo Regional de Damnificados de Stan y de la Sociedad Civil del Soconusco efectuaron una marcha que concluyó en mitin frente al penal de Huixtla, en donde estaba preso Salazar acusado de un peculado de 104 millones de pesos.

Al final, la impunidad arropó al tirano. Y el luto de la tragedia provocada por Stan y la omisión de Salazar no se olvidan. El reclamo de justicia se perdió en la colusión del poder.