Como si el horno estuviera para bollos, policías estatales de Guerrero echaron más lumbre al caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos el 26 de septiembre de 2014 en Iguala al asesinar (presuntamente) el 7 de este mes al estudiante Yanqui Rothan Gómez Peralta.

Hacía pocos días que padres y alumnos de la escuela normal rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, habían derribado una puerta del Palacio Nacional con el argumento de que el presidente Andrés Manuel López Obrador no los ha atendido y el caso no ha avanzado como esperaban, cuando sucedió este hecho que ha indignado a muchas personas.

El tema estaba muy caliente con la oposición aprovechando para golpear al presidente, pero al parecer los uniformados de Guerrero, estado sumido en la violencia, no tuvieron la precaución y se dio el lamentable hecho.

El propio López Obrador, que de inmediato ordenó que la Fiscalía General de la República (FGR) atrajera el caso, afirmó ayer que “hubo un abuso de autoridad” y que el alumno “no disparó”.

Gómez Peralta fue presuntamente asesinado en las afueras de Chilpancingo, cuando los policías atacaron a tres alumnos de Ayotzinapa que viajaban en una camioneta.

La Secretaría Estatal de Seguridad argumentó que los estudiantes circulaban en un vehículo con reporte de robo, agredieron a balazos a los uniformados y se encontraban en posesión de un arma de fuego, alcohol y droga, lo que fue rechazado por el entorno de las víctimas y puesta en duda por la Fiscalía General del Estado de Guerrero que entregó la investigación a la FGR.

Es cierto que los agentes ignoraban posiblemente que los pasajeros de la camioneta eran normalistas de Ayotzinapa, pero eso no justifica que les hayan baleado. Si como aseguran, los estudiantes no obedecieron el alto y dispararon, no tenían por qué acribillarlos, pues bien pudieran poncharles las llantas primero.

Este nuevo hecho ha venido a tensar más la situación y las relaciones entre el presidente, los padres de familia de los 43 jóvenes y los normalistas, por lo que es urgente que la FGR aclare cuanto antes el suceso, deslinde responsabilidades y se haga justicia.

Se requiere que haya credibilidad en la investigación y dé los resultados del caso para evitar que suba la tensión entre el jefe del Ejecutivo Federal y la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado.

Es indudable que los policías que dispararon tendrán que ir a la cárcel por los hechos y habrá que ver si no ruedan cabezas en el Gobierno del Estado porque el caso es muy delicado.

Picotazos. La disputa de las candidaturas a la Presidencia Municipal de San Cristóbal de Las Casas en los principales partidos políticos se está poniendo emocionante. En Morena se mantiene la pelea entre Juan Salvador Camacho Velasco, quien quedó en segundo lugar en la contienda pasada, y la diputada local, Fabiola Ricci, cuyo padre Martín Elio Ricci, por cierto, renunció junto con otros correligionarios a su militancia panista de muchos años, tal vez para no estorbar a su hija y que no se vea como una contracción que ella busca la alcaldía por Morena. Ellos dos son los que mantienen mayor presencia en publicidad en bardas, paredes, carteles y otros espacios como unidades del transporte público o en vehículos particulares. Da la impresión de que los demás aspirantes se han rezagado o están negociando algún espacio con los punteros para colocarse en la planilla. La disputa entre los principales contendientes se mantiene desde el inicio de la competencia interna en Morena, cada uno de ellos haciendo uso de sus relaciones con los altos niveles partidistas o de poder de decisión. Donde las cosas cambiaron de manera un poco brusca es en el Frente Amplio por México (PRI, PAN y PRD), ya que hasta hace algunos días sólo aparecía el empresario Carlos Alberto Morales Vázquez, que no milita en ningún partido, como el virtual abanderado, pero ahora ya se coló para buscar la candidatura el también empresario priista, Francisco Martínez Pedrero, quien fue alcalde de San Cristóbal en el trienio 2012-2015. Morales Vázquez tuvo hace un mes un acto al que acudieron empresarios y viejos priístas, además de algunas personas que no militan en partidos políticos. Tuvo una convocatoria aceptable con la presencia de más de 200 personas, adultas casi en su totalidad. Martínez Pedrero, quien se registró en el PRI el viernes tuvo a su vez un acto ese día con la asistencia de cerca de 400 personas, muchas de ellas militantes de organizaciones de locatarios, transportistas, etcétera. Es posible que varios de los asistentes no hayan ido por voluntad propia, sino inducidos o condicionados por sus líderes, a diferencia de los que acudieron al acto de Carlos Morales. De entre ellos dos saldrá el candidato del frente opositor. Se dice que el PRI tiene mano. Ya se verá si pesan más las relaciones que Morales Vázquez tiene en el centro del país o si se imponen los intereses tricolores estatales en favor de Pancho… Muy emocionante resultó el debut en primera división de la joven árbitra Katia Itzel García, quien hizo buen trabajo en el partido Pachuca contra Querétaro el sábado. Cuando con un gesto digno de encomio el jugador Pablo Barrera, de Querétaro, le dio ánimos y felicitó a la silbante por romper las barreras machistas, a muchos les vino a la memoria la diferencia abismal de cuando en 2004, Cuauhtémoc Blanco —tenía que ser del América— mandó a lavar platos a Virgina Tovar en su debut como silbante en la primera división. Ahora se espera que la Comisión de Arbitraje le dé continuidad para que siga desarrollando su carrera, que a juzgar por el trabajo que realizó el sábado le promete un buen porvenir en las canchas.