Empecemos por el principio, definamos que significa el Nearshoring; es un proceso de relocalización de producción industrial que realizan las más grandes potencias económicas para eficientar y garantizar con oportunidad sus diversos abastecimientos, sobre todo lo más estratégico, mejorando tiempos y costos a la vez. En América, es claro que los Estados Unidos son la mayor economía y por tanto son quienes más compran y quienes más venden.

A partir de la pandemia de covid 19 y de la invasión rusa a Ucrania, así como por el trastorno del transporte marítimo internacional, brotaron fuertes distorsiones y desabastos que llegaron a paralizar a diversas industrias de todo tipo, el caso de mayor impacto fue el de los semiconductores o “chips” que son usados en todo articulo electrónico o máquina, y en la industria automotriz son indispensables, así como en los electrodomésticos, computadoras, celulares, equipamientos médicos, etc.

Estados Unidos depende grandemente de importaciones de China y Taiwán, la industria norteamericana se vio fuertemente afectada por esta situación desde el 2020 y eso ha redundado en que hayan revaluado la importancia de asegurar suministros; esto llevó las miradas a México; cercanía total, bajo costo y suficiencia de mano de obra, existencia de un T-MEC; lo que llevo a muchas empresas iniciaran de inmediato su traslado a México.

Desafortunadamente en el mercado de Chips los estadounidenses no vieron interés alguno en el gobierno mexicano y firmaron un acuerdo con Panamá para especializar a ese país en la producción de chips. Pero la producción industrial es bastante amplia, y la oportunidad para México es enorme para lograr un desarrollo industrial aprovechando el Nearshoring.

¿Qué oportunidades ofrece este proceso para las Pequeñas y medianas empresas mexicanas?

La realidad es que las oportunidades son inmensas. En todo proceso productivo de productos terminados finales o de productos semielaborados o intermedios, que son componentes de productos terminados no todos son producidos en una sola fabrica, más bien su producción requiere de múltiples fabricantes especializados en cada uno de esos componentes; un automóvil, por ejemplo, lleva miles de partes y la compañía armadora o ensambladora solo fabrica las carrocerías, e integra y une esas partes, dando los acabados finales.

Es exactamente ahí donde pequeñas y medianas empresas tienen la oportunidad de integrarse a esa de producción, es decir, integrarse a una cadena productiva directa a indirectamente a través de empresas “tractoras” también llamadas “cadenas de suministros” que conjuntan diversos componentes fabricados bajo especificaciones contratadas y proveen a la gran armadora.

Parece un tanto complicado integrarse a esas cadenas productivas, pero en realidad no lo es, si implica buscar los mecanismos de acercamiento, pero los gobiernos estatales ofrecen apoyos de intermediación y de vinculación con ese tipo de empresas que también andan buscando a esos pequeños o medianos productores que se comprometan a producir con la oportunidad y con la calidad contratada.

Incluso las grandes empresas capacitan, ayudan y supervisan los procesos productivos de las Pymes, con el propósito de garantizar la calidad de los componentes, de esa manera las PyMES tienen oportunidad de ser parte de las grandes ligas, aun produciendo uno o dos componentes del producto final.

La variedad de cadenas de suministros es ilimitada, está en casi todos los productos o artículos que se fabrican, el objetivo inicial es saber cómo insertarse en esas cadenas. Buscarlas es el primer paso y saber producir es el segundo; a veces los financiamientos son conseguidos por esas mismas grandes empresas.

Pequeño o mediano emprendedor; ¿Te animas a ser parte de una o varias de esas cadenas productivas? Piensa en grande y podrás ir lográndolo, toda empresa grande, en su momento fue una empresa pequeña. Como dijo el cadete Juan Escutia: “El mundo es de los aventados”.