El muro de Trump

Ha pasado sólo una semana de la toma de posesión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y las relaciones entre ese país y México parecen tomar un rumbo de distanciamiento preocupante, a causa del empecinamiento del mandatario gringo de construir un muro en la frontera, que va más allá de una mera pared.

Lo más reciente que ha dicho es que propondrá que las empresas mexicanas que importen productos a Estados Unidos paguen 20 por ciento de impuestos para financiar el muro. El sentido común, que casi nunca falla, sugiere que quienes terminarían pagando ese porcentaje serían los consumidores en el país de las barras y las estrellas, muchos de ellos, sí, mexicanos, pero latinos en general, por lo que las protestas podrían generarse en la tierra misma de Trump.

Es lógico que si les gravan con 20 por adicional de impuestos, las empresas mexicanas no van a perder sus ganancias e incrementarán en esa medida los precios de los productos que exporten, aunque las ventas podrían bajar por el aumento en los precios.

Pareciera que lo que plantea Trump no es sólo una pared física en la línea divisoria entre ambas sino una cortina que afectará a México y a los países de Centroamérica no sólo en cuanto al paso de personas.

Ante este panorama, México está en una posición muy difícil no sólo por la vecindad sino porque el actual es un gobierno débil políticamente y prácticamente ha sido puesto contra la pared por el gobernante estadounidense, que ha centrado su discurso en la construcción del muro, aunque la agresividad, no sólo verbal, va más allá de ello.

Por lo pronto, la tensión en las relaciones bilaterales ha provocado que se suspenda la reunión que había sido programada para el 31 de este mes entre Enrique Peña Nieto y Trump. Se antojaba que era muy precipitado ese encuentro, como estaba planeado o destinado a abortar.

Se antoja que es el momento para que la cancillería teja fino y comience a trabajar en los acercamientos necesarios para mejorar las relaciones bilaterales, pero da la coincidencia de que el titular de Relaciones Exteriores, Luis Vedegaray declaró al tomar posesión hace unas semanas que llegó a “aprender”, aceptando casi ser un inexperto en el tema. En estos momentos se requiere un canciller fuerte políticamente y con mucho sentido político.

Aunque por mucho el gobierno actual, y los de los últimos sexenios, no son lo que antaño encabezaron los presidentes con cierta dosis de nacionalismo, es el momento de que México exija respeto y ser tratado como una Nación importante que es a pesar de sus gobernantes.

El presidente debe buscar el apoyo del senado, de la Cámara de Diputados, de los partidos y de todos los sectores nacionales para encabezar una posición política digna o de lo contrario será pisoteado y puesto de rodillas cada vez más por su homólogo vecino que al parecer está dispuesto a todo.

Lo que sigue ahora es que antes de que se reúnan ambos presidentes, el tema del muro y del Tratado de Libre Comercio que según Trump será echado para abajo, entre otros, sea tratado por equipos de trabajo para que posteriormente sea analizado a nivel de los presidentes.

Como se esperaba, lo que no significa que haya que resignarse a ser aplastados como pretende el nuevo mandatario del país de las barras y las estrellas, la relación ha comenzado mal para México, por lo que el resto de la administración se antoja de pesadilla.

Ante tal situación, no estaría mal que México mirara un poco más hacia sur y no centrara todos sus esfuerzos en la relación con Estados Unidos para evitar situaciones como la actual.

Por ahora sólo queda esperar para saber qué pasos dará el gobierno mexicano en esta tormentosa relación y cómo defenderá los intereses de los mexicanos, no sólo los que están del otro lado sino los que viven aquí.

Picotazos

Luego de que el presidente del consejo nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, diera a conocer que entre los integrantes de su grupo de especialistas que hará el proyecto de nación 2018-20124 está el exsecretario de Gobernación, Esteban Moctezuma Barragán, comenzaron las interpretaciones de que uno de los aspirantes más fuertes para la candidatura al gobierno de Chiapas en 2018 por ese partido podría ser el senador Luis Melgar, todavía militante del Partido Verde Ecologista de México, ligado estrechamente a Tv Azteca. Algunos aseguran que el tabasqueño, quien busca ser candidato presidencial por tercera ocasión, ya pactó con la televisora del Ajusco. Moctezuma Barragán, quien era presidente de la fundación Azteca, es recordado en Chiapas porque era el responsable de la seguridad interior, durante la administración de Ernesto Zedillo, cuando el 9 de febrero de 1995, luego de revelarse la supuesta identidad del Subcomandante Marcos, el Ejército Mexicano incursionó en la selva Lacandona para tratar de detener a la comandancia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional con la finalidad de presionarla para que regresara a la mesa de diálogo, lo que ocurrió dos meses después. “Moctezuma Guajardo”, lo llamó entonces el EZLN en alusión a Jesús Guajardo, asesinato de Emiliano Zapata. Fue en ese contexto de lo que los zapatistas llamaron “traición” que Zedillo obligó al gobernador priísta Eduardo Robledo Rincón a dejar la gubernatura a mediados de febrero de ese año, a tan sólo dos meses y una semana de haber tomado posesión, tras unas elecciones muy cuestionadas que disputó con el abanderado del Partido de la Revolución Democrática, Amado Avendaño Figueroa, que luego sería declarado gobernador en rebeldía por el grupo rebelde. El nombramiento de Esteban en el equipo de López Obrador seguramente ocasionará que se muevan las fichas en el tablero político chiapaneco, sobre todo en Morena, en el que varios políticos aspiran a la candidatura al gobierno del estado en las elecciones del próximo año. Es probable que en los meses próximos se vaya definiendo con claridad el acomodo de las fichas en este ajedrez. Fin.