El trabajo de Raciel

En honor a la verdad, Raciel López Salazar fue un Procurador de Justicia y Fiscal General muy distinto a sus antecesores.

Sin emitir calificativos específicos de cada uno de sus similares que le antecedieron, es preciso recordar lo siguiente: Raciel no fue el único factor que mantuvo a raya la delincuencia organizada pero sí contribuyó de manera muy importante para que Chiapas figurara entre los estados más seguros del país.

Traspasó dos sexenios, una parte del de Juan Sabines Guerrero y el periodo completo de Manuel Velasco Coello y eso nadie lo había hecho. 

No es fácil ni común que un funcionario de primer nivel y en el ámbito de la justicia traspase sexenios porque cada gobernador trae su equipo y cada uno tiene sus particularidades.

El tonalteco cumplió con resultados óptimos sus responsabilidades en ambos casos. Las cifras oficiales en el rubro lo confirman.

Otro dato no debe pasarse por alto: Chiapas es la puerta de entrada de todos los países centro y sudamericanos en su mayoría y, aunque en menor medida, también de ciudadanos de otras partes del mundo que ven en ese poroso territorio una oportunidad para entrar a México y seguramente llegar hasta Estados Unidos.

Esto último representa una enorme complejidad y múltiples dificultades para controlar la seguridad pública de la región sur del país.

Por esas razones, y por muchas otras cosas más que pueden andar por ahí en menor grado, vale la pena reconocer como positivo el trabajo realizado por Raciel López Salazar al frente de las acciones de procuración de justicia de la entidad durante casi dos sexenios consecutivos.

Sí hubo en Chiapas y en ese periodo ejecuciones al estilo narco, pero no en niveles registrados en otras regiones del país.

Sí hubo otro tipo de hechos ilícitos y en ese mismo periodo, pero eso mismo ocurre en todas las sociedades humanas. Son entes vivos y en constante evolución. No hay núcleos sociales perfectos.

Sí hubo asesinatos contra mujeres considerados feminicidios, pero esos hechos tienen múltiples motivaciones que no competen exclusivamente resolver a la instancia procuradora de justicia.

Sin embargo, y dadas las condiciones geográficas, sociales y políticas de Chiapas antes descritas, sí cabe la posibilidad, sin faltar a la verdad, de que Raciel López Salazar sí entregó buenos resultados a los chiapanecos.

Chiapas y su futuro

No es por amargarle su desayuno, pero es difícil pronosticar qué va a pasar con Chiapas en los próximos años. Todos los indicativos apuntan a que hay escasez de dinero en las finanzas públicas: constantes marchas de maestros interinos que exigen pago de salarios devengados y empleados del sector salud haciendo lo mismo, a cada rato.

Eso nos lleva a hacernos la siguiente pregunta, ¿con qué dinero va a empezar a trabajar el próximo gobierno estatal? ¿Qué va a suceder con la escasez de medicamentos en los hospitales, un asunto inocultable porque es ya una queja generalizada de los pacientes?

Bueno, qué va a suceder en todos los rubros.

Para nadie es un secreto la enorme escasez de circulante que hay en Chiapas. Ojalá, después del 8 de diciembre, los chiapanecos tengamos buenas noticias en ese sentido.

Hace falta circulante para que la economía fluya. Y parte de ese circulante surge de la inversión pública y otra parte viene de la inversión privada generadora de empleos. Ambos tienen que activarse. No se trata de volverse rico de la noche a la mañana pero cuando menos que haya mano de obra, que las empresas vendan productos y servicios, que la economía camine.

Claro, hay que estar conscientes de las realidades. Diciembre ya no debe contar y enero tampoco. En diciembre es cierre de ejercicio y, en esta ocasión, cierre de sexenio. En enero van a estar acomodándose las cosas. Van a estar “acomodándose las calabazas”, como reza un refrán.

Por tanto, si algo empezará a circular será a partir de los meses de febrero y marzo. Paciencia, entonces.

AMLO y el día “D”

Ha habido algunas señales de cambio. Pero necesitamos cambios profundos. Las primeras señales de cambio fueron enviadas desde el primero de diciembre: la antigua residencia oficial de Los Pinos fue abierta al público para que los mexicanos o foráneos que deseen entren a ver cómo era ese sitio usado desde mediados del siglo pasado por los presidentes de México.

Otra señal fue el traslado del avión presidencial al aeropuerto de logística del Sur de California, en el condado de San Bernardino, en Estados Unidos para proceder de inmediato a su venta y para cumplir con la promesa de que ese avión no iba a ser usado por el nuevo presidente.

El nuevo gobierno no dejó siquiera que el avión permaneciera en territorio mexicano. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público anunció que venderá otras sesenta aeronaves y setenta helicópteros.

No ha de ser fácil vender un avión con las características de una aeronave presidencial. No cualquiera estaría dispuesto a desembolsar varios miles de millones de pesos y tampoco cualquiera querrá tenerlo estacionado en algún aeropuerto. Tendría que ser comprado por alguna compañía aérea con dimensiones internacionales.

La ONU fungirá como garante para la transparencia. Hay que decir que Banobras adquirió la aeronave y la SHCP era la arrendataria y la Fuerza Aérea Mexicana fungía como usuaria.

Las nuevas autoridades anunciaron que el primer paso para vender dicho avión presidencial Boing 877-8 “José María Morelos y Pavón” fue que abandonara tierras mexicanas y así fue.

El avión marca Boeing modelo 787-8 Dreamliner partió, a eso del medio día de ayer lunes, sin ceremonia alguna, por la pista 5 derecha del aeropuerto capitalino y tenía como destino el Aeropuerto de Logística del Sur de California, conocido como Victorville que, según el fabricante, es el lugar idóneo para darle servicio y preservar la aeronave, hasta en tanto sea vendida.

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