Demagogia Profunda

Primero, Democracia

Para Aristóteles, el gran discípulo de Platón en la Antigua Grecia, la democracia definida como el gobierno del y para los pueblos tenía como antítesis a la demagogia a la que consideraba resultado de la subordinación de la ley al capricho de quienes exaltan a los pobres y halagan a la ciudadanía manipulando sus sentimientos. Basta con repasar la vieja teoría para comprender que estamos parados sobre el polvorín de la manipulación colectiva.

Viene a referencia el concepto histórico por cuanto a los sucesos recientes y los amagos presidenciales contra los órganos electorales, lo mismo el INE que el TEPJF, acotados cada mañana por la insistencia de que sean “tajantemente” reformados sobre todo para librarse de los consejeros y magistrados que no obedecen el chasquido de los dedos del mandante-mandatario y se han atrevido a cuestionar y anular candidaturas o bien retirar del carro a diputados electos con las artimañas conocidas y el exceso en los gastos de campaña.

Por otra parte, no conforme con los triunfos de Morena en Veintitrés gubernaturas ganadas en los últimos tres años -espero que se rompa la tendencia en 2024-, pese a las acusaciones sobre la posible intervención del narcotráfico antes, durante y después de los procesos electorales, López IV lanzó a sus huestes para tratar de detener a la gobernadora de Chihuahua, Maru Campos, desde hace dos años, sin que tuviera éxito en su empeño al grado de designar súper-delegado en la entidad a Juan Carlos Loera, el adversario morenista de Campos, para que sea él quien administre y condiciones las participaciones federales de ley. Una auténtica villanía política que no ha rendido frutos por la entereza y fuerza de la dama.

De allí su desbordado afán de provocar sendos cismas en los órganos electorales que, desde luego, han ganado credibilidad al no ceder a los embates desde Palacio Nacional ni a las tormentosas declaraciones diarias del tabasqueño reacio a someterse, como juró, a la Constitución “y las leyes que de ella emanen”. Para él tal compromiso ha sido quizá el mayor de sus estorbos con miras a despejar la ruta del autoritarismo y su siguiente peldaño contra todo afán democrático.

No es AMLO, desde luego, el primero en aprovecharse de la ingenuidad y acaso la ignorancia de la mayor parte de los electores; recuérdense lo casos de Chávez-Maduro, Fujimori, Pedro Castillo, Daniel Ortega, Evo Morales, los Kirchner, Gustavo Petro y algunos más ladinos de Latinoamérica, quienes so pretexto de ganar en las urnas creyeron que con ello obtenían el derecho de cuadrar y descuadrar cuánto les viniera en gana como hizo el difunto Chávez al someter a plebiscito popular si modificaba la Constitución de Venezuela las veces que fuese necesario hasta alzarse con el “aval” de un pueblo atemorizado y luego amordazado a costa de encarcelar a los principales líderes de la oposición. Por el camino andamos.

Algo similar pretende López IV al perseguir, mañosamente y basándose en una supuesta amenaza contra uno de sus miserables alfiles de la información –los de las mañaneras con derecho de picaporte-, a Xóchitl Gálvez, una mujer excepcional quien con orgullo exalta sus orígenes y enfrenta las andanadas de los miserables Goebbels a su servicio… como en el Tercer Reich.

Si en Venezuela se mantuvo años en la prisión a Leopoldo López, en México se siembran denuncias contra los opositores con la aceitada guillotina de Palacio: la mañanera de cada día.

La Anécdota

En 1996 Andrés Manuel lo tenía muy claro:

--En el 2000 va a ganar la derecha y se romperá la hegemonía del PRI; ya instalado un nuevo modelo político vendremos nosotros –se refería a la izquierda a la que luego dividió-, y no quedaremos en la Presidencia a partir del 2006.

A punto estuvo de cumplirse la profecía del alquimista ahora residente del Palacio Nacional... salvo que la grosera intervención de Fox prolongó la presencia de la derecha aquel año clave y debimos esperar hasta el 2018 para ver cumplido el sueño del veterano Andrés, el mayor vividor de la política en la historia de México. Resultó peor el remedio que la enfermedad, sin duda.

loretdemola.rafael@yahoo.com