La renuncia

Con la renuncia de Germán Martínez Cázares a la dirección de lo que queda del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha sufrido la primera baja de primer nivel en su gabinete, a menos de seis meses de iniciado.

No podía ser de otro modo. Tenía que ser un expanista el primero en abandonar el barco, como ya lo había hecho la también expanista Tatiana Clouthier, antes de tomar posesión del cargo de Subsecretaria de Gobernación que le había ofrecido López Obrador antes de que asumiera el poder formalmente el primero de diciembre pasado.

Y cómo son las cosas: fue el chiapaneco Zoé Robledo Aburto, diputado federal con licencia, quien ocupó su lugar, que ahora deja poco antes de los seis meses, para dirigir el IMSS, que deja vacante Martínez Cázares.

Hace todavía unas semanas trascendió que Alfonso Romo, jefe de la oficina de la presidencia, había renunciado al cargo, pero nunca quedó claro si fue o no cierto, aunque él lo negó, tal vez luego de platicarlo con López Obrador.

No se ha sabido si Martínez Cázares habló o no con el presidente antes de enviar su renuncia, pero llama la atención que éste no haya tratado de convencerlo de que siguiera al frente del IMSS, a menos que lo haya hecho y su decisión haya sido irrevocable o que el mandatario incluso estuviera deseando que dimitiera y por eso nada hizo por defenderlo.

Lo cierto es que es la primera baja de importancia en el gabinete federal, pero entendible hasta cierto punto porque era difícil que el expanista encajara en el equipo, a diferencia de los experredistas que se volvieron de Morena y han estado al lado del presidente desde hace años. No es fácil que un exblanquiazul destacado -fue dirigente nacional del PAN- pudiera correrse a la izquierda tan fácilmente, más allá de los problemas y las diferencias que hay tenido con el secretario de Hacienda y Crédito Público, Carlos Urzúa.

Por suerte para ellos, tanto Tatiana como Germán tenían reservados sus lugares en el Congreso de la Unión. Ella asumió la diputación federal a la que hubiera tenido que solicitar licencia en caso de hacerse cargo de la Subsecretaría de Gobernación y él hará lo propio con el escaño que tiene en el Senado de la República. Posiblemente si no hubieran tenido estos puestos en la bolsa habrían aceptado su estancia en el gabinete.

El caso es que al abandonar Germán la dirección del Seguro Social, se ha dado un reacomodo en el gabinete federal, y habrá que ver más adelante si su decisión no trae más cola y genera otros cambios. Por lo pronto, varios de sus amigos cercanos que habían sido colocados en algún puesto, probablemente tengan que dejarlo, a menos que él hubiera negociado su permanencia antes de renunciar, lo cual no es muy factible, ya que se menciona que no tuvo margen ni de nombrar a los delegados estatales.

La salida de Germán del IMSS, por otra parte, ha dado la oportunidad a Zoé Robledo de brincar de la Subsecretaría de Gobernación a un sector que seguramente desconoce porque es claro que no es su área de estudio ni de trabajo.

Algunos piensan que es un ascenso, pero otros creen lo contrario, pues el IMSS es casi un cadáver porque ha sido saqueado durante años por sus anteriores directores, lo que ha generado mucha inconformidad entre los afiliados, y porque en general, el sector salud en el país está en terapia intensiva.

En cambio, la Subsecretaría de Gobernación es una de las más fuertes y poderosas en el nivel político y brinda la oportunidad de crecer y hacer relaciones en todo el país.

Sea como sea, Robledo Aburto se mantiene en el primer plano del gabinete federal, con posibilidades de crecer si hace bien las cosas y si lo dejan, pero por el contrario, podría tropezar si el IMSS sigue en picada.

Es evidente que el chiapaneco es gente de confianza del mandatario nacido en Tabasco, pero pareciera que la dirección del Seguro Social podría quedarle grande, tomando en cuenta que no ha tenido cargos administrativos relevantes.

La lógica indicaría que en el IMSS se designara a un médico o a alguien de esa rama, pero no a un politólogo ni maestro en derecho, como es su caso. Es decir, se sigue la política de antes de nombrar en dependencias a personas con un perfil totalmente diferente.

Gracias a sus relaciones, por decirlo de alguna forma, Zoé ha sido legislador local y senador de la República, cargos que ocupó luego de vericuetos políticos y jurídicos un poco turbios, además de ser articulista en algunos medios de comunicación.

Es hijo del efímero gobernador de Chiapas, el priista Eduardo Robledo Rincón, quien estuvo apenas dos y medio meses en el cargo, de diciembre de 1994 a febrero de 1995, luego de ganar unas elecciones manchadas por el atentado que sufrió en la campaña su contrincante, el candidato perredista Amado Avendaño Figueroa, en el que murieron Agustín Rubio, Rigoberto Mauricio Villafuerte y Ernesto Fonseca García, bajo la probable autoría intelectual de Salinas, que lo mismo había hecho con el excandidato presidencial Manuel Clouthier, Maquío, muerto en un “accidente” de tránsito.

De todos modos y aunque es muy temprano todavía, su permanencia en el gabinete lo coloca como uno de los políticos con posibilidades reales de aspirar a la candidatura al gobierno de Chiapas en 2024, junto con una lista de varios políticos que desde ahora están trabajando para ello.

Algunos habían temido que ante la salida de Zoé de la Subsecretaría de Gobernación, López Obrador nombrara al exgobernador de Chiapas y senador Manuel Velasco Coello, pero ello ya quedó descartado porque ayer mismo fue designado Ricardo Peralta Saucedo.

Picotazos

Dicen que sacó la pistola y la amenazó. Ella renunció. (SNIF, SNIF).